Tengo fuertes sospechas de que en Francia se hace buena ciencia ficción. Buena, pero no desde una mirada moral ni únicamente estética. Buena por su valor predictivo.

La ciencia ficción también es conocida como ciencia especulativa, conceptos diametralmente opuestos. Mientras que con la ciencia se busca responder preguntas mediante un método, para la especulación, un método sería una jaula para la mente creativa que la conceptualiza.

La ciencia suele ser prudente. La especulación atrevida, sorprendente.

La sorpresa nos genera cierta fascinación, reacción que probablemente sea responsable de poner a la ciencia ficción en un lugar privilegiado de la cultura. Y qué mejor si éstas especulaciones nos provocan sueños de como sería el mundo, constituyendo así un anhelo de futuro.

En Francia se ha escrito tan buena ciencia ficción que provocó que un niño llamado Hermann Julius Oberth, nacido en Rumania, se decidiera por estudiar física y dedicar su vida en hacer un libro posible: “De la tierra a la luna”, de Julio Verne. Oberth pudo ver sus cohetes disparados a la luna únicamente en el cine, cuándo el director Fritz Lang lo contrató como asistente para su película “La mujer en la Luna”. En esta película está el primer registro de la cuenta regresiva para un lanzamiento.

De alguna manera, el joven físico fue un instrumento de la literatura en una serie de eventos concatenados que resultaron en una ejecución milimétrica del texto de Verne con el lanzamiento del Apolo 11.

Sin Verne —o con un Verne no leído— ¿Esta historia sería la misma? El puro planteamiento no se puede responder si no es desde la especulación, ejercicio digno de tributo al género expuesto.

Aquí les invito a realizar el ejercicio de reflexión y a crear sus propias ficciones. Y también les pido que no crean que es este un texto malinchista, como si en México o Latinoamérica no se hiciera buena ciencia ficción. Hay un por qué hablar de Francia, donde el que se haga tan buen ejercicio literario me provoca un poco de miedo.

En 2018, el Ministerio de los Ejércitos de Francia inició un proyecto poco convencional: contratar a un equipo de escritores de ciencia ficción para plantear escenarios que puedan comprometer la seguridad nacional. A este equipo se le ha llamado el “Red team” (“Equipo rojo”) y una parte de sus trabajos fue recientemente publicado, la otra parte se mantiene “clasificada”.

Me pregunto si la influencia de Julio Verne sobre Oberth no será análoga a la del Red Team sobre los ejércitos de Francia, en una surte de instrumentalización de las ideas.

Fuente: 
— Francia se apoya en la ciencia ficción para preparar las guerras del futuro. Disponible: https://elpais.com/internacional/2022-01-16/francia-se-apoya-en-la-ciencia-ficcion-para-preparar-las-guerras-del-futuro.html

@chrisantics

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