Hace apenas unos días 11 destinos se unieron a la lista de los 121 Pueblos Mágicos, por lo que ahora suman 132. Al unísono destaca la pregunta, cómo está funcionando el programa, pues recordemos que el gobierno federal los dejó sin recursos, a pesar de las peticiones de la iniciativa privada y las autoridades en cada entidad. Anteriormente cada sitio recibía anualmente la cantidad de 5.2 millones de pesos, con la intención de contribuir a elevar los niveles de bienestar y empleo, además de fomentar la inversión en la comunidad, tras estructurar una oferta turística, basada en sus atributos históricos y culturales.

Tristemente hoy sabemos que muchos de los municipios que hace ya varios años cuentan con este título, no han podido mejorar la calidad de vida de sus habitantes, por el contrario, el índice de pobreza es alto e incluso ha aumentado con el paso del tiempo. Datos del Consejo Nacional de Evaluación de Política y Desarrollo Social (Coneval), indican que 50.4% de la población de los Pueblos Mágicos tiene condiciones de pobreza y 8.7% de pobreza extrema, cifras superiores a la media nacional. A esto le aumentamos que dicho proyecto ha sido flanco de críticas desde sus inicios en el 2001. Uno de los más sonados fue al final del sexenio de Felipe Calderón, cuando más localidades se incluyeron sin evidencia de que contaran con la totalidad de los requisitos, y en ese entonces eran sólo 34.

Algunos de los Pueblos Mágicos en donde tras recibir el reconocimiento creció la pobreza, fueron Yuriria, en Guanajuato; Batopilas, en Chihuahua; Loreto, en Baja California Sur; así como Angangueo y Tacámbaro, ambos en Michoacán;  Cholula, Chignahuapan y Pahuatlán, los tres en Puebla.

El título suena muy distinguido, pero no refleja la realidad, pues de acuerdo con la Secretaría de Turismo, estas localidades que cuentan  con grandes  atributos simbólicos y representan  la cultura y tradiciones de nuestro país, también cuentan con grandes rezagos. Pues el  Coneval reveló que siete de los 11 nuevos Pueblos Mágicos se encuentran en situación de pobreza. En este ranking entran Sisal y Maní, ambos en Yucatán; Santa María Juquila, Oaxaca; Tetela de Ocampo, Puebla; Paracho Verduzco, Michoacán; Santa María del Río, San Luis Potosí e Ixtapan de la Sal en Estado de México.

Los Pueblos Mágicos que recibieron el nombramiento y que afortunadamente cuentan con bajas tasas de pobreza son: Isla Aguada, en Campeche; Zempoala, Hidalgo; Ajijic, Jalisco y Mexcaltitan, Nayarit. El reporte también destaca que los lugares con mayor cantidad de distinciones de este tipo son el Estado de México y Puebla.

Para el que se pregunta cuál fue el primer Pueblo Mágico. El programa arrancó con el nombramiento de los tres primeros: Huasca de Ocampo, en las montañas de Hidalgo; Real de Catorce, pueblo minero casi fantasma de San Luis Potosí, y Mexcaltitán, una diminuta isla lacustre de Nayarit, que, por cierto, fue expulsado del programa por la Sectur en 2009, y hoy tras 11 años recupera dicha distinción.

En mi muy particular punto de vista, todos los rincones de nuestro México tienen su magia, y en cada sitio podemos disfrutar de sus bondades, así no cuenten con un nombramiento tan distinguido, pues a mi parecer, un título no te define, ya que el valor cultural, histórico y gastronómico de los destinos del país es tan grande como su territorio. Queridos lectores, espero me compartan su enfoque y que tengan excelente fin de semana.

Google News