Se aviva el debate sobre la iniciativa presidencial para modificar los artículos 25, 27 y 28 constitucionales. Da verdaderamente risa que algunos griten al escándalo por la iniciativa presidencial, como si fuera la primera vez que se modifica la constitución en nuestro país.

Habría que recordarles a estos estridentes que, en el período neoliberal, de Miguel de la Madrid a Enrique Peña Nieto, se modificaron 495 artículos constitucionales. Tan sólo en el sexenio de Enrique Peña Nieto se modificaron 155 y en el sexenio de Felipe Calderón otros 110.

Así que ¿cómo pretenden que el actual gobierno no busque modificar artículos constitucionales? Es una verdadera insensatez.

Por otra parte, habría que recordar que en la época neoliberal se modificó cinco veces el artículo 25 constitucional (tres con Peña Nieto, una con Zedillo y una con De la Madrid), seis veces el 27 (dos con Peña Nieto, una con Calderón, una con Salinas y dos con De la Madrid) y ocho veces el 28 (cuatro con Peña Nieto, una con Zedillo, dos con Salinas y una con De la Madrid). Así que tampoco habría que hacer escándalo por una nueva propuesta de modificación de dichos artículos.

Además, hay que recordar que esta iniciativa proviene del gobierno más legítimo que hemos tenido en los últimos sexenios. La iniciativa proviene de un presidente que ganó las elecciones de 2018 con 30 millones de votos, 11 millones más que su más cercano oponente. Un presidente que ganó con el 52 por ciento de los votos, es decir, con mayoría absoluta.

La iniciativa proviene del gobierno de un partido que, en 2018, ganó la mayoría en ambas cámaras y que acaba de refrendar su mayoría en la cámara de diputados en las recientes elecciones del 6 de junio.

Por lo que la iniciativa es legal, legítima y totalmente democrática. Aunque, claro, no gusta para nada a los intereses afectados, que en este caso son las compañías extranjeras que han ido penetrando cada vez en el sector energético gracias a la reforma de 2013 y a la permisividad de los gobiernos panistas y priistas, los que permitieron, por ejemplo, que los particulares generaran electricidad en abierta violación al artículo 27 constitucional. Por eso modificaron la ley, para volver legal lo que era ilegal.

Hoy, a diferencia de 2013, tenemos una propuesta de reforma del sector eléctrico que es nacionalista y que busca la soberanía energética de México no sólo en hidrocarburos sino también en la electricidad.

Presidente del Consejo Estatal de Morena

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