Toda la música en cualquier festival es un gran arte y poder tener la delicia de pertenecer a estos, es una gratificación al simple hecho de ser felices al acorde musical del amor regio.

Hola mis queridos lectores, qué gusto encontrarnos de nueva cuenta. El día de hoy platicaremos de una experiencia que aún no me toca vivir en su totalidad y de la cual he tenido contacto desde muy temprana edad, hablo de la música del norte y especialmente del Festival Pa’l Norte, uno de los eventos que ha terminado, siendo  uno de los más populares y con muchísimo auge en México, con una gran variedad de bandas este año como Café Tacvba, Snow Patrol, La gusana ciega, Kings of Leon, Carlos Santana, por mencionar algunos.

Pero el meollo es el siguiente, en el tiempo de vida que tengo —que ya no me cocino al primer hervor—, me he perdido de algunas ediciones de este magnífico evento, uno de mis primeros acercamientos a la música de por aquellos lugares fue, sin duda, tener el honor de platicar y degustar al gran Celso Piña, el  Rebelde del acordeón, fue hace ya algunos años en un festival municipal y de una manera muy atenta y amena me dijo lo siguiente: “Soy un hombre bendecido y agradecido de ser profeta en su propia tierra”. Me platicó que no fue un hombre con la oportunidad de asistir a una universidad, por ser el mayor en la familia, no había dinero para eso, y él tenía la obligación de trabajar para apoyar con el gasto familiar. Sin duda un hombre que me fue abriendo el hambre por el gusto musical del norte, y un gusto que para muchos podría parecer culposo. Y mi afición por  la música de la bota y el zapateado son los Cardenales de Nuevo León, a quienes en el andar del trago y los amigos pude conocer y deleitarme con himnos al amor y desamor como “Mi cómplice”, “Necesito decírtelo”, “Belleza de cantina”, y tantas otras más que me hicieron brotar el llanto por el abandono del ser amado y a eso añadimos el sentimiento al puro estilo de don Chayo, líder de la agrupación.

Quiero dar un párrafo especial para una agrupación salvaje y tierna, el Gigante de América, hablamos de Bronco de Lupe, Ramiro, José y el carismático Choche, quién no recuerda “Sergio el bailador”, “Adoro” y todo un clásico “Se murió mi amigo bronco”, todos estos éxitos interpretados al más puro estilo de Panda, Kinky, Sonidero Nacional, Jumbo, entre otros grandes que algún día seguramente cantaron al ritmo del adulterado ritmo del alcohol estos grandes temas, toda la música en cualquier festival es un gran arte y poder tener la delicia de pertenecer a estos es una gratificación al simple hecho de ser felices al acorde musical del amor regio, y bueno mis estimados espero poder tener más tinta y papel para tener un encuentro musical más, un saludo y abrazo siempre.

@pollorockmusica 

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