Sí, son dos hombres que han llenado ya páginas de nuestra historia, que están dispuestos a dar su más grande contribución a la lucha que hoy está planteada a la nación en defensa de los recursos naturales más preciados y también más ambicionados por los consorcios que lucen los timbres de la mayor desvergüenza mundial. Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador son los líderes de la izquierda mexicana en quienes recae la responsabilidad de convocar al pueblo para derrotar las patrañas del grupo priísta encaramado en el poder, que juega el papel de peón de estribo de las empresas petroleras.

Cuauhtémoc, al frente de una representación del PRD, presentó al Senado de la República la iniciativa que modifica 12 leyes y el régimen fiscal de Petróleos Mexicanos, después de la realización de un acto en el Monumento a la Revolución, iniciativa que demuestra que es perfectamente posible superar los problemas que arrastra la empresa y asegurar su desarrollo sin necesidad de introducir reformas a los artículos 27 y 28 de la Constitución, que constituyen, dijo Cárdenas, “una amenaza entreguista y neoliberal” del gobierno.

Andrés Manuel López Obrador es el dirigente que ha realizado las mayores concentraciones populares. Incluso en las últimas elecciones federales votaron por su candidatura más de 16 millones. Su compromiso: enfrentar todo intento del gobierno de aprobar su ley energética por medio de un albazo en el periodo extraordinario o en el periodo ordinario que comenzará el 1 de septiembre.

La decisión de ambos dirigentes es indudable. Ante ella es preciso avanzar hacia un compromiso de la mayor trascendencia: constituir el movimiento histórico en defensa del petróleo. Es este el momento en que la izquierda puede dar un paso decisivo para cumplir la misión a la que está llamada y que implica la acción conjunta de las fuerzas reales, las que ambos líderes representan y que ya han dado luchas ejemplares, no las que se hallan enajenadas por las maniobras políticas de los grupos encasillados en el poder, que nos amenazan con la entrega del petróleo y la electricidad a los poderes del capital financiero.

Periodista

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