Desde tiempos ancestrales, el hombre ha aprovechado las propiedades de algunos elementos y/o especies minerales para fines curativos, a la vez que ha descubierto que algunos de ellos son nocivos para la salud. Hipócrates (460-377 A.C.), por ejemplo, encontró que los minerales de arsénico pueden ser corrosivos y causar quemaduras en la piel, además de producir intensos dolores.

Recientemente ha surgido una línea emergente de investigación: la geología médica, también conocida como investigación geomédica, que estudia el impacto de los materiales y procesos geológicos, tanto naturales como aquellos producidos por la acción del hombre, en la salud de los seres vivos, incluyendo al hombre, los animales y las plantas.

Este nuevo campo de investigación permite tener un acercamiento entre geólogos y médicos para tratar de resolver una diversidad de problemas, como son los efectos tóxicos asociados a la exposición de cantidades elevadas de determinados elementos químicos, substancias minerales y materiales radioactivos presentes en el ambiente; las deficiencias nutricionales de ciertos minerales requeridos para el funcionamiento normal del organismo; así como las consecuencias de fenómenos naturales, tales como las erupciones volcánicas, y la influencia de actividades humanas, como la minería, los residuos industriales y la disposición de desechos en ciudades, que causan la contaminación del suelo, agua y aire.

Existen algunos fenómenos naturales, como es el caso de las erupciones volcánicas, que pueden representar algunos riesgos para la salud, por ejemplo, una exposición prolongada a la caída de cenizas volcánicas (cuyo tamaño, color y composición varían según el tipo de volcán y de erupción) puede producir la inhalación de partículas muy finas con altos contenidos en sílice cristalina, lo que a su vez podría causar serias afecciones pulmonares como la silicosis, tanto en personas sanas como en aquellas que padecen asma empeorando su condición.

En otros casos, la ocurrencia de grandes erupciones explosivas en el pasado geológico han generado extensos depósitos volcánicos (conocidos como ignimbritas) que conforman una amplia diversidad de canteras de piedra, que son características de diversas localidades en el centro de México. Estas rocas bajo condiciones muy especiales llegan a formar minerales de alteración muy peculiares y poco frecuentes como la erionita, cuyo tamaño nanométrico y forma de aguja, se ha asociado a la incidencia de un tipo de cáncer de pulmón muy particular conocido como mesoteioma maligno, que ha causado la muerte de muchas personas en diversas localidades en el mundo como Capadoccia (Turquía) o recientemente en el municipio de San Miguel de Allende (Guanajuato).

En el centro de México, como en muchas otras regiones del país, existen condiciones geológicas que hacen posible la acumulación de manera natural de altas concentraciones de elementos tóxicos como el arsénico, el mercurio, el plomo, el cromo, etc., que ocasionan serios problemas de salud. Algunos de estos y otros elementos representan concentraciones anómalas que han dado lugar a la formación de importantes yacimientos minerales en gran parte del país, cuya explotación ha generado depósitos residuales conocidos como jales que ocasionan altos índices de contaminación al suelo, al aire y al agua subterránea, que es la fuente principal de agua potable de nuestro país.

Por otro lado, existen ciertos elementos naturales que son esenciales para la salud, por ejemplo, el calcio, el fósforo, el magnesio y el flúor son necesarios para la estructura de los huesos; el yodo es un componente fundamental de la hormona tiroidea. En algunos casos, la deficiencia de alguno de esos elementos puede ocasionar severos problemas de salud, como en el caso del yodo, que podría causar bocio, o hipotiroidismo. En muchas regiones del mundo las rocas del subsuelo presentan muy bajas concentraciones de este elemento al igual que el agua que circula a través de ellas, ocasionando graves problemas de salud.

En contraste, concentraciones excesivas de ciertos elementos pueden ser  muy nocivas, tal como se presenta en diferentes localidades en el Bajío y el Altiplano mexicano, donde el exceso de flúor en el agua es el responsable principal de la alta incidencia de fluorosis dental que ocasiona una progresiva degradación del esmalte de los dientes, así como problemas de los huesos, que se reporta en esas zonas.

Es importante reconocer que la investigación geomédica no sólo se enfoca a los problemas, también considera los beneficios para la salud que aporta el estudio de las rocas, los minerales y los procesos geológicos, y que son empleados en diferentes aplicaciones farmacéuticas y cosméticas, así como el tratamiento de diferentes tipo de afecciones como dolores musculares y de articulaciones, padecimientos de la piel, y diversas enfermedades, que podrían tratarse gracias a las propiedades de diferentes elementos contenidos en fuentes de aguas termales.

Por todo lo antes mencionado, es evidente la gran importancia que tiene esta línea emergente de investigación geomédica y que se espera sigan ampliándose sus aplicaciones en la solución de problemas de salud en México.

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