Hablar de las revoluciones industriales es referirse a procesos de formación integral que la humanidad ha tenido durante su historia. Desde el comienzo, la industria representa la aplicación del conocimiento y el aprendizaje humano en un proceso sistematizado en pro de las soluciones sociales de consumo.

Antes de la Revolución Industrial, la educación de las ciudades no era gratuita, sólo un puñado de personas podían acceder a una educación formal, mientras que la educación disponible se limitaba únicamente a la formación religiosa.

Con la llegada de la industrialización, los gobiernos asignaron fondos para promover la educación básica en las escuelas. Es posible resumir las revoluciones industriales de acuerdo con la aplicación de los nuevos procesos con base en su relevancia: la mecanización durante la primera; la electrificación durante la segunda; y la tercera revolución también conocida como científica, donde se dio la aplicación de tecnologías de comunicación, el uso del internet y las energías renovables.

La Industria 4.0 es un concepto que fue desarrollado desde el 2010 por el gobierno alemán para describir una visión de la fabricación con todos sus procesos interconectados mediante el Internet de las cosas (IoT). En este modelo se centran los procesos orientados a la transformación de recursos o factores productivos en bienes y servicios en el uso de la digitalización.

Así, la definición de Industria 4.0 es un concepto que une a la transmisión masiva de datos con tendencias a la automatización y la digitalización acelerada exponencialmente por tecnologías en pleno crecimiento, como la sensórica, la robótica, el internet de las cosas, la inteligencia artificial o machine learning.

Desde un aspecto pedagógico y didáctico la Industria 4.0 demanda a las instituciones educativas la formación de profesionistas capaces de enfrentar con éxito los retos de la modernización económica, los cuales tienden a incrementar la competitividad y permitir a las empresas la comercialización de productos a nivel mundial desde cualquier parte.

Las Universidades requieren que sus profesores tengan una formación que enmarque la utilización de las nuevas tecnologías, que aseguren para los estudiantes  un espacio de aprendizaje que propicie el conocimiento vivencial de las competencias, habilidades y destrezas que la nueva revolución significa. Y que favorezca en los estudiantes la habilidad de aprender a aprender, esta es definida como la habilidad para iniciar el aprendizaje y persistir en él, para organizar su propio aprendizaje y gestionar el tiempo y la información eficazmente, ya sea individualmente o en grupos.

Esta competencia supone disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz. Ahí el reto de la educación frente a la nueva Revolución Industrial que supone cambios acelerados en la tecnología y procesos productivos, ante los cuales los estudiantes deben estar dispuestos a aprender de manera constante para estar al día frente a los retos de un mundo cambiante.

En la Universidad Politécnica de Querétaro atendemos a estas necesidades del mercado laboral actual, es por eso que, a través de nuestro Modelo de Educación Dual, nuestras y nuestros estudiantes desarrollan proyectos dentro de empresas aliadas con una visión digital, tecnológica e innovadora, pilares de la Industria 4.0.

@CarlosCacl

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