En estos días los mexicanos conmemoramos lo que algunos autores llaman “la primera revolución mexicana”, es decir, el movimiento de Independencia de 1810. Esta guerra fue el resultado de acontecimientos económicos y políticos con las antiguas autoridades españolas.

En Querétaro, se realizaron, como todos sabemos, diversas reuniones que corresponden a la etapa ideológica de toda revolución.

Al conjugarse varios factores asociados a la influencia de acontecimientos externos como la independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa, el desarrollo de la doctrina del Destino Manifiesto y la invasión de Napoleón a España, estalló y se consumó la Independencia de México.

En el marco de esta conmemoración el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México realizó una encuesta en línea y, de acuerdo a los resultados, 75% opina que sus connacionales sólo muestran orgullo por su país en las fiestas patrias. Se percibe como un día importante para los mexicanos debido a que se considera la fecha del nacimiento de la nación y enaltece el patriotismo como valor. Sin embargo, el orgullo por la nación pareciera no ser constante, ya que la mayoría de los encuestados cree que sólo se ve reflejado en estas fechas.

Los encuestados también afirman que su orgullo por el país es grande, sobre todo cuando los mexicanos tienen logros en el extranjero (94%). Lo que no los hace sentir orgullosos es el comportamiento inadecuado de otros mexicanos en el extranjero (85%) y el trabajo que los gobernantes realizan en el país (89%).

Otros encuestados opinan: “Esta noche simboliza la libertad de los mexicanos, es una oportunidad para demostrar lo que somos y nuestro carácter”. “¡Levantémonos, pueblo! No es una llamada a la guerra, pero si nosotros cambiamos, todo puede cambiar, hay que poner el ejemplo”.

Las referencias anteriores nos hablan de la pertenencia del individuo a su comunidad. Héctor González Uribe nos dice que la población o elemento humano del Estado puede ser definida como: ”el conjunto de seres humanos que habita un territorio”. El elemento humano del Estado está integrado por nacionales. La nacionalidad mexicana es el vínculo jurídico y político que une a un mexicano con el Estado Mexicano.

Nuestra ciudad era y es referente de desarrollo y avance. Es una entidad federativa comprometida con el nacionalismo. La población comparte la historia, las tradiciones, la religión y las costumbres, pero sobre todo, la conciencia que tienen sus componentes de pertenecer a un grupo, a una sola familia, de estructurar un todo, con características únicas con respecto a los demás agregados sociales que constituyen otras naciones.

Si hacemos un paralelismo, en el plano político, estamos ante un impacto de cambios sociales y económicos expresados en la implementación de un gobierno federal populista, el ascenso del nacionalismo autoritario y un ejecutivo federal que se basa en sus percepciones y visiones personales.

La llamada de atención, hoy en día, es que estamos ante una gran pérdida de la institucionalidad. El futuro del gobierno pudiera acusar fuertes dosis de ineficiencia y la oposición muestra incapacidad. El gobierno se aparta de la efectividad y de la gobernabilidad, cualidades indispensables para lograr el bienestar social.

Si hacemos un paralelismo de la historia, la sociedad queretana generalmente toma una postura de denuncia, pero también de propuesta. Actúa como instrumento insustituible para generar los equilibrios de la política pública.

Uno de sus cometidos, el más importante, es defender el estado de derecho. Si callamos, la maquinaria del totalitarismo puede avanzar y será tarde cuando nos demos cuenta como sociedad.

Google News