Después del famoso debate entre los candidatos estadounidenses Kennedy y Nixon en 1960, los políticos comenzaron a poner mayor atención a lo que comunica la imagen física en cuestión de presencia e imagen verbal.

Sabemos que la imagen no verbal representa más de 90% de los estímulos sobre los que tomamos decisiones: nos contratan, hacemos amigos, votamos por un candidato. En nuestro inconsciente damos mucha importancia a la presencia física, la distancia, el rostro, lo gestos, los ademanes y el tono de la voz, y el buen manejo de éstos pueden llevar a un político al éxito.

La imagen no verbal es un concepto redondo que debe de complementarse con la actitud, el comportamiento; que la expresión corporal tenga coherencia con el vestuario y lograr armonía y por lo tanto, elegancia. Como político se debe entender que lo más importante es la coherencia de nuestros estímulos. ¿Cuántas veces no ha perdido la credibilidad alguno de nuestros políticos al ser miembro de la oposición dictando un discurso acalorado, de denuncia pero que la mirada la tiene apagada, los ademanes no tienen fuerza y su posición corporal es encorvada?

Pero no sólo en la parte discursiva; es necesario que los políticos aprendan a manejar su comunicación no verbal también en las actividades de la agenda diaria y en juntas con su equipo de trabajo resulta esencial. Veamos algunos ejemplos. Muchas veces vemos que el gobernador o presidente municipal se ha reunido con alguna otra figura importante del ámbito empresarial o político y al final de la reunión se toman la foto del recuerdo. Generalmente, ésta es posando frente a las cámaras de los medios de comunicación y los suyos propios dándose la mano. Un político que sabe manejar su comunicación no verbal procurará que su invitado quede siempre a su lado izquierdo, de esta forma asegura que su mano aparezca adelante, dominando la de su invitado, demostrando claramente quién tiene el poder.

El principal objetivo de cualquier político es dar la percepción de ser cercano con la gente, de ser humilde, sincero y confiable y la mejor herramienta para lograrlo es la sonrisa. Pero deben tener cuidado; el ciudadano es experto en identificar una sonrisa sincera y desaprobamos y nos sentimos ofendidos cuando el presidente municipal o el diputado suelta una sonrisa forzada y en lugar de lograr aceptación genera rechazo. Muchas veces no logramos ver al político en persona y gracias a los medios de comunicación y las redes sociales logramos generarnos una percepción a través de las notas que se publican y las fotos que le acompañan. Las fotos en las redes sociales y la prensa toman un papel primordial para que generemos conductas de aceptación o rechazo, por lo que éstas deben de ser cuidadosamente seleccionadas.

Hemos visto en los perfiles de varias personalidades políticas de nuestro estado que las fotos no siempre son totalmente favorables. Ya hemos hablado de la sonrisa, podemos encontrar en muchas fotos una sonrisa falsa o forzada pero también encontramos otro tipo de gestos delatores que nos hacen percibirlos molestos, o en desacuerdo: el ceño fruncido, la mirada con los ojos entre abiertos, con la cabeza inclinada hacia un lado y hacia abajo como diciendo “lo que estas diciendo no me gusta nada.” Además, los vemos con los brazos cruzados generando una barrera de comunicación que los hace parecer, muchas veces, a la defensiva o nerviosos. O con las manos en las caderas, que también son gestos agresivos y de estado de alerta.

Así pues, solamente a través del cuidado minucioso de la comunicación no verbal podemos transmitir mensajes de autoridad y de poder y al mismo tiempo lograremos transmitir, de forma más efectiva, nuestro mensaje y crear así un espacio de comprensión y entendimiento ya que es a través de la imagen no verbal que logramos saber con quién estamos tratando, cuáles son sus intenciones, ideas y emociones.

Directora de Imagen Pública en Magentta Creatividad e Imagen

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