UNAM Juriquilla

Uno de los temas de mayor importancia estratégica para el mundo es el referente a los recursos energéticos, ya que de ellos depende el funcionamiento efectivo de las actividades indispensables para el ser humano.

La dependencia de los hidrocarburos para la sostenibilidad del planeta a futuro es un grave problema, el cual se va agudizando de manera alarmante con el paso del tiempo. Ello ha motivado la búsqueda e implementación de formas alternativas para producir energía que, además de resolver los problemas de abasto, también sean ecológicas, es decir, que no dañen los ecosistemas y, de preferencia, que sean renovables para garantizar las crecientes necesidades que van surgiendo con el acelerado crecimiento poblacional.

En México se han identificado varias fuentes alternas de energía que son derivadas de procesos naturales, tienen un carácter renovable y existe un gran potencial de desarrollo a futuro debido a las características climáticas y geológicas que caracterizan a nuestro territorio nacional. De forma particular, se han seleccionado a tres de ellas para ser desarrolladas con mayor importancia en los próximos años como parte de una estrategia del gobierno federal, que involucra la creación de consorcios de investigación coordinados por la Secretaría de Energía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), a saber: la energía solar, la eólica y la geotérmica.

Cabe mencionar que la geotermia tiene la ventaja de que, además de ser una energía “verde”, tiene un impacto mínimo en el ambiente, que puede ser prevenible y manejable. Además que no depende de agentes climatológicos que incidan en su producción, lo que la hace una fuente de energía muy confiable y eficiente, ya que representa un suministro constante que genera electricidad las 24 horas del día, los 365 días del año, sin interrupción.

La energía geotérmica se produce a partir del vapor derivado del calor interno de la Tierra, que emerge a la superficie a través de sistemas de fracturas que están conectadas con reservorios magmáticos instalados a cierta profundidad, los cuales están ligados a procesos geológicos particulares asociados a la dinámica de nuestro planeta. La presión con la que sale ese vapor, permite accionar turbinas con las cuales es posible generar electricidad.

En México, la contribución de la energía geotérmica es de apenas entre 2% y 3% de la producción total de electricidad.

Las características geológicas que presenta nuestro país ofrecen condiciones apropiadas para el desarrollo de prospectos geotérmicos, particularmente en lo que respecta a la provincia conocida como Cinturón Volcánico Mexicano. Donde actualmente se explota ese recurso es en Los Azufres, Mich., y Los Humeros, Pue., así como también en el estado de Baja California, en Tres Vírgenes y en Cerro Prieto en las cercanías de Mexicali, siendo éste último uno de los campos geotérmicos más grandes del mundo.

Es importante destacar que las aplicaciones de la geotermia no se limitan a la generación de electricidad, también puede emplearse como calefacción de casas y oficinas, como bombas geotérmicas para calentar agua, o también en el campo de la balneología, como atractivo turístico. Por todo ello, se considera que la geotermia representa una importante fuente de energía alternativa en México, con un futuro muy promisorio que vale la pena explorar.

Aunque en Querétaro no existen prospectos importantes de interés geotérmico, varias instituciones como el Centro de Geociencias de la UNAM, el CIDESI y el CIATEQ participarán en la cartera de proyectos que serán parte del Consorcio  SENER-CONACYT: Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (CEMIE-Geo), que ha sido anunciado hace unas semanas para entrar en operación a partir del 2014.

*Director del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Juriquilla

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