Haber reunido por espacio de cuatro días a más de una centena de escritores, periodistas, poetas, científicos y músicos, provenientes de diversidad de países, representa el principal logro en el ámbito de la cultura que, sin duda alguna, ha alcanzado la ciudad de Querétaro en la época contemporánea.

Este fin de semana, miles de personas acudieron a alguna de las actividades del Hay Festival, un encuentro con la cultura que nació en 1988 en la pequeña población galesa de Hay-on-Wye y que desde 1996 se organiza, de manera paralela, en otras ciudades del mundo.

Querétaro, con todo orgullo y satisfacción, logró una gran organización de este encuentro de cultura que le valió la decisión de sus promotores de designar a nuestra ciudad como sede permanente y anual de este magno suceso.

Cultura y literatura

Al inicio de las actividades, agradecimos la colaboración y el gran trabajo de organización por parte de los profesionales del Hay Festival, que formaron un gran equipo con nuestro municipio para garantizar que el festival fuera un éxito. Por eso reitero aquí mis felicitaciones a su Director, Peter Florence.
También dimos la bienvenida a todos los participantes y agradecimos que vinieran a visitar nuestra ciudad, dispuestos a entrar en un diálogo directo con quienes disfrutamos de la lectura.
Porque la literatura no existe sin lectores. Letras en un papel no son literatura. El proceso estético que en un sentido estricto “crea” la literatura, se desarrolla en la mente del lector.
Literatura es lo que creamos en nuestra mente mientras leemos. Es el producto también de un discurso social. Cada uno de nosotros experimenta y vive un texto de manera diferente; en eso radica buena parte de la belleza de un libro, que puede pertenecer a todo el mundo y al mismo tiempo ser profundamente íntimo.
Como Presidente Municipal, quiero realizar mi aportación a favor de este proceso, porque la literatura necesita lugares, necesita foros, necesita aterrizar, y por eso organizamos el Hay Festival.
Durante estos días estuvimos buscando lectores y también aportamos para ayudar a formar lectores, servir como intermediarios entre los escritores y su público.
Con este Festival, pusimos la literatura al alcance de todos, colaboramos con la  imaginación de los creadores para que cada persona pudiera vivir y disfrutar de la fuerza transformadora de la palabra, para desarrollar el potencial de nuestra comunidad, porque una sociedad innovadora, critica y libre, necesariamente está marcada por una intensa experiencia literaria.

Historia y su vínculo con la cultura

También nos llenó de gozo poder vincular el festival con la historia y la cultura queretana. Como ejemplo de esta condición está el Palacio de Gobierno del estado, que tiene una historia muy especial.
Fue la residencia de la Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez, prócer de nuestra patria. Desde esta casa, la Corregidora conspiraba, entre otros, con el cura Miguel Hidalgo en favor de nuestra Independencia.
Esta conspiración que nació en Querétaro, para guardar las apariencias, tomaba en ocasiones la forma de un salón literario al modelo francés.
En París y en otras capitales europeas, se estilaban en la época, y mucho antes, reuniones en casas privadas que recibían el nombre de “salones literarios”, los cuales fueron precursores de los festivales de literatura.
En estos salones, la literatura tenía su hogar, su contexto social concreto, su caja de resonancia.
El salón literario que tuvo lugar en la casona referida, terminó por transformarse en la conspiración que da nacimiento a la nación mexicana.
Por esto, podemos decir que México nació en Querétaro, nació en esta casa y nació de la literatura. Porque fue aquí donde se imaginó a nuestro país por vez primera.
Festejemos, pues, que la literatura regresó a su casa en nuestra ciudad. Y qué mejor momento que con un gran festival de proyección nacional e internacional, que ha llegado también para quedarse.
Por eso hoy, con toda fortaleza y orgullo les decimos: ¡nos vemos en 2017!

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