En el contexto de la aprobación de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) por parte de las cámaras de diputados y senadores y de su paralización temporal por la decisión de dos jueces que otorgaron un conjunto de amparos con el fin de detener la aplicación de la ley, se ha reabierto un debate sobre el sector energético que parecía concluido pero que en realidad estaba latente.

Una de las argumentaciones que usan detractores de la LIE es un supuesto ambientalismo, una supuesta preocupación de que la LIE abra paso a una mayor contaminación a nivel mundial dado que dichos detractores están “preocupados” por el cambio climático global, provocado por la emisión de dióxido de carbono (CO2). Y quieren que nuestro país, de manera absurda, pague los platos rotos por dichas emisiones.

Para empezar, es necesario saber que nuestro país emite apenas el 1.4 por ciento de las emisiones totales de CO2 y que de ese 1.4 por ciento, el 45 por ciento corresponde al transporte, el 30 por ciento a la industria y sólo un 25 por ciento a la generación de energía eléctrica. Es decir, la derecha mexicana que está en contra de la LIE usa como pretexto la emisión del 0.35 por ciento de las emisiones de CO2 a nivel mundial. Lo anterior exhibe su falacia. Si realmente estuvieran en contra de las emisiones de CO2 en nuestro país deberían dirigir sus baterías en primer lugar en contra del transporte y en segundo lugar en contra de la industria.

Pero además es ridículo que quieran parar el calentamiento global dirigiendo su interés al 0.35 por ciento y no al restante 99.65 por ciento.

Si la derecha mexicana quisiera realmente detener el calentamiento global deberían dirigir sus baterías en contra de Estados Unidos y de China, países que, juntos, emiten casi el 40 por ciento del dióxido de carbono en el mundo. Pero no lo hacen ni lo harán nunca, no se atreven. También deberían criticar a la Unión Europea que emite el ocho por ciento.

Nuestro país ocupa apenas el lugar número 75 en las emisiones per cápita de CO2 a nivel mundial. Desde 1876 y hasta 2004, el principal emisor de CO2 en el mundo han sido los Estados Unidos, es decir, durante más de 128 años. Hoy se mantiene en el segundo lugar, sólo por debajo de China.

Así que no caigamos en el juego de esta derecha ramplona, supuestamente interesada en el medio ambiente.

Presidente del Consejo Estatal de Morena 

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