En nuestra anterior entrega hablamos de uno de los compositores que iniciaron la Era Barroca y que sentaron las bases de la música culta actual: G. P. Telemann. Continuamos ahora con Jean-Philippe Rameau. Jean-Philippe Rameau nació en Dijon, Francia, en 1683 y falleció en París en 1764. Fue uno de los compositores más importantes del Siglo XVIII y un reconocido teórico musical, clavicembalista, organista y un músico muy influyente en la era barroca y en la clásica después. Compuso importantes obras para teclado altamente ornamentadas, con claro estilo rococó y escribió también óperas con un estilo que superaba el modelo de los anteriores 50 años y que fue impuesto por otro francés: Jean-Baptiste Lully, a quien reemplazó como el compositor dominante de la ópera francesa. Sin lugar a dudas, la obra de Rameau marca el apogeo del Clasicismo francés. En 1702 es nombrado organista en la Catedral de Clemont-Ferrand y en 1722 publica su influyente Tratado de la armonía y se avecina en París. En 1733 compone su primera ópera: Hipólito y Aricia a la que Rameau califica como Tragedie en musique, con 5 actos con un divertimento en cada uno, muy al estilo francés. Esta ópera fue a la que primero se le calificó como “Barroca", término en ese entonces peyorativo. Utiliza el libreto del Abad Simon-Joseph Pellegrin que se basa en la obra Fedra, del famoso escritor francés Jean Racine, de 1677, mezclado con algunos elementos de las tragedias de Eurípides y Séneca. Su obra más trascendental, sin lugar a dudas, es Piezas para clavecín, 1724, una colección de 19 piezas o suites, 9 en Mi menor y 10 en Re mayor, en las que mostró por primera vez su estilo florido con escalas de tendencias dramáticas y pasajes rápidos y complejos que llevaban al teclado del clavecín a sus máximas posibilidades (en esa época no se había inventado el piano). Otra obra para teclado de gran importancia fueron sus Piezas para clavecín en concierto, 1741, colección de piezas instrumentales organizadas en 5 suites con nombres de personajes o de imágenes o cuadros, tales como: La Pantomime, L’Indiscrete, o de compositores como La Marais, La Forqueray y La Rameau. El clavecín es el instrumento central en estas piezas, aunque fueron compuestas para ensamble. Así como las obras de Bach, Couperin y Scarlatti fueron transcritas al piano y frecuentemente interpretadas en el Siglo XIX, de igual modo las obras para clavecín de Rameau han estado siempre vigentes en el repertorio, obras como Le Tambourin, L'Entretien des Muses, Le Rappel des Oiseaux y La Poule, las encontramos en las salas de conciertos de todo el mundo. En 1728 publica su 3er libro de clavecín, Nouvelles Suites de Pièces de Clavecin. Entre sus obras escénicas destacan la ópera-ballet Les Indes galantes (1735), quizá su obra para teatro más conocida, así como algunas de las obras maestras del teatro lírico francés: las tragedias Hipólito y Aricia, arriba mencionada, Castor et Pollux (1737) y Dardanus (1739), suite orquestal de 5 actos. Rameau vivió siempre con estreches económica. Pocos meses antes de su muerte recibió una pensión por parte del Rey, quien también lo hizo noble y fue hecho Caballero de la Orden de Saint-Michel. Pero ello no cambió su forma de vida con sus vestimentas luidas, su único par de zapatos y su mobiliario viejo. A su muerte, a los 81 años de edad, en el apartamento que ocupaba en la Rue des Bons-Enfants con su esposa y su hijo, no tenía a su disposición más que un clavecín de un solo teclado, y en mal estado. *Diplomático queretano; diletante de la música clásica.

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