No siempre el amor es cosa de tres

La luna de miel acabó. El amor entre los líderes de la pretendida tercera vía electoral entra en conflicto. Todos sabíamos que sonrisas y abrazos podrían olvidarse en cuanto Barrales, Anaya y Delgado se sentaran a repartir el gran pastel de las candidaturas.

A estas horas, el Frente dizque Ciudadano por México está en terapia intensiva. Sobredosis de ambiciones y vanidades lo tienen postrado por intoxicación severa.

Los Chuchos y Miguel Ángel Mancera se muestran indignados con el ultimátum de Dante Delgado, líder de la franquicia llamada Movimiento Ciudadano, que le da 72 horas al Frente para definir la candidatura presidencial a favor de Ricardo Anaya, la de la CDMX para Alejandra Barrales y, para Mancera, que se vaya mucho al Senado. En esto último Dante se equivoca; el artículo 55 de la Constitución prohíbe a gobernadores y jefes de Gobierno ocupar una curul en la Cámara de Diputados o un escaño en la de Senadores por su jurisdicción o distrito inmediatamente después de dejar el cargo.

Para Mancera, el “pobre” Dante intenta escribir otra Divina Comedia; ni en el infierno sería un buen secretario de Agricultura. Lamenta la actitud protagónica del sembrador de intrigas e incertidumbre. “Mis decisiones las tomo yo (…) las dirigencias son las que tienen que dialogar, no hacerlo por separado, no hacer una fiesta mediática”, aclara, por si queda duda.

El PRD intentó “madrugar” el lunes con la cargada en favor de Mancera. Queda claro que la maniobra tenía el objetivo de meter presión en la negociación. Los “modos” no fueron los más correctos. MC y PAN acusaron rudeza innecesaria.

Las cosas están claras. En la triple alianza opositora, el PRD no lleva la voz cantante; no tiene peso suficiente para fijar condiciones al PAN, el chico temido de esa vecindad.

Los involucrados en el bloque opositor, quieran o no, están obligados a mantener la unión tormentosa. Lo contrario sería rotundo fracaso. El PAN sabe que su líder no ganará la Presidencia sin el apoyo perredista. El PRD entiende que el submarino amarillo se hundirá si no cuenta con el partido blanquiazul. MC tiene claro que en una batalla electoral tan cerrada su contribución podría ser decisiva.

En pocas palabras. Todos pueden sobrevivir por separado, pero ninguno puede ganar solo.

Los integrantes del Frente Ciudadano por México tragan sapos. A más tardar mañana deberán lograr acuerdos. El proceso no es sencillo. Mancera está indispuesto a quedarse con las migajas; saldrá ganando, incluso si el Frente fracasa.

EL MONJE SUICIDA: Los jefes de Mikel Arriola han tomado una decisión inexplicable. El hasta ayer director general del IMSS era uno de los “jóvenes maravilla” de la administración peñista. Su trabajo había logrado un verdadero milagro: rescatar al Seguro Social de la quiebra. La estrella de Arriola brillaba en lo más alto. Pero no siempre el éxito paga con una buena moneda. A Mikel le han encomendado una misión imposible: competir electoralmente por la CDMX. Lo han mandado a jugar en un  frontón sin  paredes, sin pelota y sin cesta. Lo envían al matadero como si fuera castigo.  Hoy, con el agravante de colocar en la papeleta a otro ex funcionario no priísta, el partido tricolor simula entrar a la competencia por la capital del país en espera de arrancarle una que otra pluma a las gallinas Sheinbaum y Barrales. Mikel Arriola pudo negarse… pero no se pudo negar, como sí pudo el doctor José Narro.

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