En el mundo del arte, la elección de la paleta de color para cada obra plástica dice mucho del artista, ya sea por su plasticidad, sus tonalidades, formas, texturas, entre otras, pero la manera en que le trasmiten al espectador su obra es lo verdaderamente importante, ya que se trabaja a través de la teoría del color y con ello vemos el contraste de las ideas de cada época.

No es lo mismo hablar hoy en día de cualquier tipo de amarillo, pero si te digo Van Gogh, seguramente de manera inmediata te lleguen a la cabeza Los girasoles y, con ello, las tonalidades de amarillos que vemos en La noche estrellada, Terraza de café por la noche, y unos cuantos también recordarán que esos amarillos que manejaba el artista eran por la enfermedad maniacodepresiva que tenía y que para él ese era el tono de amarillo que veía, bueno y es que se dicen tantos mitos sobre la vida de Van Gogh que a veces uno ya no sabe que vende más si  la historia del “drama” del artista o su obra en sí.

Pero qué pasa si dentro de los amarillos te pidiera pensar en el color dorado, de inmediato nos vamos a la hoja de oro empleada de Gustav Klimt, con una de sus obras más icónicas como lo es la de El beso, la sensación del color cambia de un artista a otro, porque sabemos que Klimt, es reconocido por trabajar la sexualidad el amor y la muerte, con su técnica de la hoja de oro.

Cada color tiene su propia historia y con ello  existen colores que pensaríamos son inimaginables, va más allá de los pantones, eso genial, y así como existe un color verde vejiga, como lo decía Bob Ross, también existe un verde horripilante, llamado así porque está relacionado con los seres monstruosos, “dragones”, hace poco me dijeron que otra forma de llamarle al morado es “solferino”, pero no es cualquier morado, sino que se trata de la combinación de magenta con tonos más rojizos, al menos a mí me entretiene mucho contar con esta paleta interminable de colores.

Gracias a la teoría del color sabemos que una de las formas en que sacaban el color rojo era a través de las cochinillas, por otra parte, el azul de ultramar se sigue vendiendo de manera súper elevada, a solo 300 pesos el gramo, debido a su difícil fabricación, el azul ultramar se ha convertido en uno de los colores más deseados y caros del mundo, siendo comparado con el oro, ¿qué locura, no? Actualmente damos por hecho que pinturas y colores se pueden conseguir de manera fácil en tiendas o papelerías, pero hubo un momento en la historia del arte que estos eran considerados elementos muy codiciados; dentro de todos, el azul ultramar el más preciado.

*Artista visual con especialidad
 en Diseño Gráfico, maestra en
 Administración Pública

Google News