Se veía venir, con el comienzo del 2022, año de definiciones para la franquicia que, desde su propio órgano rector, la Asociación Mexicana de Franquicias, dará paso a la renovación de su presidencia.

Un mercadólogo nativo de Colima, Mario Briceño, al frente de la marca Benedetti’s, y otro experto en administración y marketing enfocado en la industria de la moda con su firma Tucané, José Antonio Amutio, de Jalisco, escenificarán  un episodio histórico para la industria, la disputa de su dirigencia nacional.

Bajo el entendido de que no habrá esta vez como lo fue en pasados relevos, un candidato de unidad, pues dos planillas están más que firmes y se alistan con nombres y encomiendas a dar la batalla, la Asociación Mexicana de Franquicias y sus afiliados, estrenarían presidente al final del primer trimestre.

La AMF  es una organización, asegura, sin fines de lucro que busca desde su origen —hace más de 25 años— desarrollar y promover acciones que permitan mejorar las condiciones de este sector comercial y de servicios con más de 90 giros distintos, que atienden a través de 90 mil sucursales en todo el país con la generación de casi un millón de empleados.

A través de un mensaje vía WhatsApp, Briceño, reveló a su equipo, que el pasado lunes, faltando 10 minutos para el cierre de registro de planillas, hizo entrega oficial de la documentación para  su deseo de contender. En tanto que Amutio, procedió en su momento y presentó en un evento que reunió a franquicias tapatías, su estrategia  de ocupar la presidencia.

¿Qué ocurrirá ahora? En el órgano rector se calificarán las planillas presentadas de acuerdo al cumplimiento de cinco puntos básicos; se hará del conocimiento de la membresía, las planillas registradas,   validadas y sus planes de trabajo, para  convocar en Asamblea General.

Las puertas  están abiertas. Justo sería para esta industria de la franquicia, que tiene todos los atributos de gremio empresarial para estar con personalidad propia en ese círculo de cámaras y confederaciones que reúnen la iniciativa privada del país, cerrar el paso a intereses distintos a su transformación, luego de la pandemia, confinamiento y estrechez económica.

Pretender someter y convertir este proceso de renovación de un ente con liderazgo entre marcas, inversionistas y emprendedores, en una contienda de “grilla” política, de intereses mezquinos y en la ocasión para la auto proclamación de liderazgos insanos, terminaría por fracturar  a la AMF.

El sector franquicias tiene frente a su consumidor e inversionista un enorme compromiso pues ha logrado  la confianza desde la década de los ochentas; es hora de identificar nuevas necesidades, competir frente a nuevos esquemas de negocios que impone la tecnología, voltear hacia esas regiones que mantienen un desarrollo ejemplar en esta industria, cerrar el paso a  aquellos que sólo buscan el beneficio propio.

México como lo mostró al realizar la pasada Feria Internacional de Franquicias, en medio de la dificultad, podría de nuevo dar una muestra clara de la altura de su colectivo frente a un panorama de retos se crece.

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