Esta semana en diversos actos políticos y notas periodísticas de medios de comunicación, hemos escuchado cómo el sentir de población con la sacudida de conciencia, que significó el 19-S, se da a todo vapor y, cual nube, se esparce en el sector de la clase política; lo que no se analiza de fondo es lo que se discute, en una realidad que a veces termina siendo un engañabobos.

Las dudas surgen más que los aciertos, la gente se pregunta: ¿Realmente el PRI, el PAN, Morena y el PRD querrán destinar el 100% de los recursos partidarios a favor de la reconstrucción? ¿Aceptará la ciudadanía la cantaleta de una donación, cuando realmente se trata de recursos de los ciudadanos? ¿Qué se esconde realmente detrás de la propuesta demagógica realizada por el presidente del PRI?

Algunas de estas respuestas son sencillas, la realidad es que los partidos saben que constitucionalmente, una vez iniciado el proceso electoral, es imposible realizar una modificación al financiamiento público, a menos de que exista la voluntad propia de destinar los recursos a una causa diferente, pero aún así estarán sujetos a la fiscalización, de manera tal que, si alguien del equipo contrario impugna, se verán sujetos de multas y acciones, que de todos modos terminarán pagando con el recurso de los ciudadanos.

También saben, al menos en el PRI, con toda claridad que eliminar el recurso público a las instituciones políticas y eliminar la representación proporcional, sólo favorece al mismo PRI, permite que volvamos 50 años atrás en la historia de un partido hegemónico, apoyado con todos los recursos disponibles para la renovación de cargos.

Por ello, pareciese un engañabobos, la realidad detrás de la propuesta es saber quién acomoda más fibras sensibles en la población, si de verdad quisieran apoyar , ya lo habrían hecho, si de verdad quisiesen cambiar el país, se empezaría por cambiar en los 18 estados que gobiernan los partidos del Frente Ciudadano por México. Si de verdad quisiera el PRI algo benéfico para México y para los damnificados, empezaría por denunciar toda la cadena de corrupción que ha endeudado los estados, donde gobernaban o gobiernan, empezarían por denunciar ellos mismos a sus gobernadores corruptos y no , como en casos anteriores, de los que nos enteramos cuando ya pasó la elección y vemos la millonada de desvío de recursos que nadie sepa donde fueron a parar más que para sus campañas.

Diputado Independiente.dip.carloslazaro@gmail.com

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