Hace unos días, para ser específicos el 14 de junio, se celebró en todo el mundo el Día Mundial del Donante de Sangre; y más que celebrar este día debiera servirnos para reflexionar sobre la importancia que tiene el donar sangre de forma segura, y lo más significativo es que ésta sea de forma voluntaria y periódica, más que para cubrir la necesidad de donación de algún ser querido.

No tenemos la cultura de la donación, pues la mayoría de las ocasiones ésta se da solo por la relación afectiva que existe entre el donante y el receptor. La intervención quirúrgica urgente de algún familiar es la que nos motiva a donar, preocupados por la salud del receptor. Pocas son las veces, en que acudimos a donar sin tener el conocimiento claro de la vida podemos salvar.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo se reciben 107 millones de unidades de sangre, de las cuales el 50 por ciento de esas donaciones corresponden a naciones con ingresos económicos altos, pero la mala noticia es que estos países solo representan el 15% de todo el planeta Tierra.

Asimismo la OMS registra que en 62 países el ciento por ciento de las donaciones son realizadas por los llamados “voluntarios no remunerados” que de manera continua son personas que se presentan al banco de sangre a depositar vida.

También es verdad que hoy en México y en Querétaro ser donador por cualquiera de las causas mencionadas puede resultar un viacrucis: es cierto que es importante cerciorarse que la sangre depositada en el banco de sangre debe cubrir con las especificaciones de la norma oficial mexicana que así lo establece, sin embargo, en ocasiones puede llevarte una buena cantidad de horas el que logres el objetivo, existen bastantes áreas de oportunidad respecto del protocolo sanitario para el efecto.

La NOM-253-SSA1-2012 (Norma Oficial Mexicana) ha modificado y agilizado con el paso del tiempo el proceso de donación de sangre humana y sus componentes con fines terapéuticos, pero nos seguimos encontrando en hospitales públicos y privados, criterios subjetivos y discriminatorios para las personas que de manera voluntaria y sin conocer al receptor están dispuestas a donar su sangre.

Un dato alarmante nos revela que en el mundo existen 39 países que no someten a análisis toda la sangre que reciben, las causas son múltiples y van desde la falta de personal, la mala calidad de los kits que realizan el primer filtro o por falta de servicios básicos de laboratorio, por lo que los pacientes reciben la sangre tal cual se deposita, poniendo el alto riesgo al receptor.

Con todo esto es importante decir que si bien es cierto, pueden pasar largas horas para poder donar sangre, y que dentro de esas horas de espera se incluye una revisión inicial para calificar y ser sujeto para donar, no obstante toda esta espera es recompensada con la satisfacción de ayudar a los demás.

Es motivo de análisis el tiempo que toma donar sangre: en el sector público, de 2 a 3 horas; en el privado 45 minutos. Sirvan estas líneas para agradecer y felicitar a las personas que de manera voluntaria asisten de manera frecuente a salvar vidas sin saber el nombre y conocer el rostro de la persona que van a salvar.

Director General ArtMol Consultores y Servicios

Google News