Aquí están las jeringas  abuelito, ¿quién te va a inyectar?
—Nadie, yo solito. No dejo que nadie me inyecte.
—Hasta yo también anduve medio mal, ¡con eso de que se congeló el desierto de Sahara! Nomás que mi mamá me dio unas gotitas de propóleo y me compuse.
—Pues no vayas tan lejos, ¡hasta en Veracruz hubo árboles congelados! Aunque Trump diga que esto del cambio climático no es cierto, lo estamos sufriendo día con día. Ponte a ver la tele mientras me inyecto. No me tardo.
—¡Abuelito! ¡Saliste en la tele! ¡Saliste en la tele!
—Ah, qué mentiroso eres. ¿Cómo voy a salir yo en la tele?, ¡si no me han contratado para nada!
—¡En el mitin de López Obrador! Orita en el noticiero pasaron unas escenas de aquí de Querétaro y ¡ahí saliste!
—Por eso me enfermé, pero tenía que ir a verlo en persona. Quería ver quiénes iban a sus mítines y qué hacían, y la verdad me quedé sorprendido… Nos caiga bien o nos caiga mal, es ya todo un personaje.
—¿Fue mucha gente?
—Sí, más de la que yo creí que iba a asistir, porque se puso 
a llover. Pero la gente en lugar 
de irse, siguió llegando, y muchos se protegieron en los portales, a pesar de que había sillas. Eso me sirvió para irme acercando, quería verlo de cerca.
—Y, ¿qué viste? ¡Cuéntame!
—Había muchas mujeres, de todas las edades, varios viejitos, y algunos niños. Gente muy humilde. Me sorprendió que no se hubiera volado como siempre lo hace en sus presentaciones. Estuvo mesurado, hizo pequeñas bromas, pero, lo más increíble fue que ¡habló de corrido!
—O sea que antes, ¿cómo hablaba?
—Pues decía una palabra y se detenía media hora para pensar en la siguiente, y otra media hora para decirla. ¿Sabes?, este es como un nuevo López Obrador. Dijo cosas que… No sé si es porque ya me cayó bien desde que dijo que la ciudadanía elegebete no íbamos a perder nuestros derechos ya ganados, o porque de verdad algo se hizo, aparte de pintarse el cabello.
—Ya deja de hacerle bullying, abuelito. 
—No  hijo, mira, ya en serio. Todo lo que dijo, siento que lo dijo desde dentro. Me tocó el alma.
—Pues ¿qué dijo?
—Básicamente habló de la cuarta transformación del país. En México ha habido tres transformaciones: la primera fue la lucha de Independencia, la segunda fue la Reforma, y la tercera la Revolución. Ahora, si él llega a ser presidente de México, vamos por la cuarta,  lo que conlleva a un cambio de régimen. Ese es básicamente el proyecto de nación de Andrés Manuel. 
—Sí, ya he oído que jura que va a acabar con la corrupción, que se va a bajar los sueldos él y todos los trabajadores de su gobierno, que va a suspender los pagos absurdos a los ex presidentes de México y que va 
a generar empleos y escuela para todo el mundo.
—Pasó algo extraño. Cuando comenzó a llover, alguien se acercó a taparlo con una sombrilla y él amablemente le dijo que no. Llevaba una gorra negra y una bufanda gris, pero  donde él estaba parado  ¡parecía que no llovía! Parecía que él no se mojaba. 
—¡Se me puso la piel de 
gallina!
—Aunque no dejaba de llover, siguieron llegando jóvenes, mujeres y viejitos. Quizá era lo que yo necesitaba oír, lo que el pueblo necesitaba escuchar, esas cosas que, aunque sabemos que muchas no cumplirá, siento que las dijo de corazón, mientras los chavos empapados brincaban, muchos de ellos alzando sus banderas arcoíris, gritaban realmente entusiasmados.
—¡Pues vamos a votar por él  abuelito!
—Esperemos un poquito más, porque hace años, cuando ya estaba seguro que iba a ganar, se alocó y comenzó a decir un montón de cosas que daba miedo oírlo. Vamos a esperar, 
a ver si no cambia.

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