Dicen por ahí que “A explicación no pedida, culpabilidad manifiesta”; Como primicia, unas horas después de que el Gobierno de Guatemala procediera en la detención del inefable Javier Duarte, el Presidente Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, se avienta una incomprensible declaración, Nos dice que Duarte es un “chivo expiatorio” ( chivo expiatorio, dícese de aquel o aquella que sin responsabilidad es imputado de algo) y que van a decir que él, AMLO, recibió dinero de Duarte pero que esto “No es cierto”. El Mesías se cura en salud ya que existen dudas fundadas y razonables para sostener que Dirigentes de su Partido en el Estado de Veracruz y probablemente el mismo, fueron patrocinados por operadores financieros del malogrado Ex Gobernador. En las redes sociales, han empezado a circular especulaciones acerca de la existencia de audios y videos que dan prueba inequívoca de estas relaciones de complicidad.

Es increíble la facilidad con que Obrador es capaz de ver la paja en el ojo ajeno pero inamovible para visualizar la viga en el propio, es decir existen dos tipos de juicios, los que caen sobre mis cuates; en donde la corrupción e simplemente un invento de mis detractores, como los casos de Bejarano, Ponce o Abarca, con ellos todo es mentira, todo es un “compló” y por otro lado, el juicio sobre los adversarios donde ahí sí, categóricamente, debe aplicarse todo el peso de la ley ante la más leve posibilidad de que un ilícito exista. El Mesías Tropical ha hecho de la contradicción su regla política, pero en esta ocasión, tendrá que explicar sus vínculos con Duarte, que compromisos hizo con él, cuánta lana recibió y en qué la utilizaron él y sus operadores; Mientras tanto los mexicanos, sin importar nuestras diferencias, tenemos que exigirle a la Procuraduría General de la República y a la Fiscalía de Veracruz que actúen con celeridad, no podemos permitir que la aplicación de la justicia se vuelva selectiva y diferenciada. Si existe una relación de algún integrante de Morena en Veracruz con la Red de Corrupción que construyo Javier Duarte, debe de sancionarse con la misma severidad con la que esperamos se proceda con quien hizo de la confianza y obligación con el pueblo de Veracruz una empresa para lucrar en su beneficio y el de sus secuaces.

La corrupción está pulverizando la confianza en las Instituciones y no podemos permitir que lo que han construido millones de mexicanos con tanto esfuerzo acabe volviéndose un proyecto frustrado, vamos por el imperio de la ley, sin tratos diferenciados, vamos por un País en donde se dignifique el ejercicio de la política para que esta sea ejercida por personas honestas y determinadas.

Google News