La esencia de la política económica consiste en ofrecer una tasa de interés superior a la estadounidense con la falsa idea de que ello atraerá el capital exterior y asegurará la estabilidad del tipo de cambio y el control de la inflación. La tasa de interés en CETES a 28 días es de 8%, la de Estados Unidos es de 2%. La diferencia es pagada con deuda del gobierno debido al relativo estancamiento de la inversión nacional.

Esta política no ha logrado evitar devaluaciones y aumentos de los precios cada vez mayores. Las devaluaciones del peso son provocadas al pagar al capital exterior sus ganancias en dólares. La mayor parte de los dólares que ingresan al país, lo hacen en forma de inversión externa, pero el pago de intereses y ganancias al exterior es mayor a la entrada de inversión extranjera, y las reservas cubren dichas diferencias.

Desde 2015, las reservas han disminuido año con año, la moneda nacional se ha devaluado paulatinamente, y los precios han aumentado. Las reservas estaban, en 2015, por encima de 199 mmdd y, este año, cayeron aproximadamente a 177 mmdd.

Es irónico y contradictorio que el país reciba inversión externa innecesaria, pues ésta rebasa al déficit comercial externo y se pagan ganancias sumamente elevadas. El exceso de capitales va a las reservas, donde no se utiliza, el gobierno eleva su deuda externa para pagar los intereses al capital exterior.

Habría que dejar de contratar nueva deuda e igualar la tasa de interés a los niveles internacionales. Ello reducirá la entrada de capital extranjero innecesaria. Si dejáramos de importar gasolina, el país tendría un superávit comercial y no necesitaríamos más capital externo.

El país ha creado un falso paraíso de crecimiento con estabilidad. Por cada peso que aumenta la producción nacional, la deuda externa se incrementa más de 7 y el pago de intereses y utilidades al capital exterior aumenta más de 10. ¿Hasta dónde vamos a mantener esta política de saqueo, empobrecimiento y explotación del pueblo mexicano?

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