Un paquete de 9 iniciativas de ley y 14 reformas constitucionales, que todavía no se presentan y que nadie conoce formalmente, han levantado una enorme polvareda y generado todo tipo de reacciones adversas no sólo entre juristas, organizaciones civiles y defensores de derechos humanos que, a partir de algunos borradores que se filtraron a la prensa las califican de “regresivas, peligrosas y que atentan contra las garantías fundamentales de los mexicanos y el principio de presunción de inocencia”.

El problema es que ese paquete de propuestas que conforman la reforma judicial no tiene ni siquiera el consenso de la 4T y la división que provocó entre el gabinete, la Fiscalía General de la República y la mayoría de Morena en el Senado de la República, fue la causa de que no se presentara oficialmente el pasado 15 de enero, cuando estaba prevista su entrega a los senadores para que comenzaran su revisión y discusión. Pero qué tan duros serán esos cambios legales, entre los que se modifican desde el Código Penal Federal hasta la Ley de Amparo, pasando por reformas a 14 artículos constitucionales relacionados con la impartición y procuración de justicia, que varios miembros del gabinete las desconocieron antes de que se presentaran.

Ese miércoles 15 de enero, antes de llegar al Senado de la República, el fiscal Alejandro Gertz Manero y el consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, que fueron los únicos autores de las nueve iniciativas de ley y 14 reformas constitucionales, citaron en las oficinas del fiscal al secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, a quien le presentaron por primera vez las iniciativas. Fuentes cercanas a la Fiscalía cuentan que ahí hubo una discusión fuerte entre los tres personajes, y que Durazo dijo tajante que no estaba de acuerdo con el contenido de las propuestas que iban a presentar ese día a los senadores.

Al filo de las 11:30, Scherer y Gertz se trasladaron con su paquete de reformas judiciales al Senado, donde los recibió Ricardo Monreal. Ahí le dijeron que las propuestas estaban listas y se las quisieron entregar formalmente. Monreal se negó a aceptarlas y preguntó por qué no estaba Alfonso Durazo, que había confirmado su asistencia; tampoco había llegado Olga Sánchez Cordero, la titular de Gobernación. Afuera del Senado, en su camioneta, estaba Durazo que se negaba a ser parte del acto de entrega de algo en lo que no estaba de acuerdo. “Me están quitando facultades a la Secretaría de Seguridad para dárselas a la Fiscalía, yo no puedo avalar eso”, diría el secretario en una llamada al líder de la mayoría en el Senado. Después llegaría Olga Sánchez y su primer comentario a Monreal fue: “Yo no conozco esas iniciativas y no puedo avalar algo que no conozco”.

Monreal le pidió entonces al fiscal y al consejero Jurídico que “primero resuelvan sus diferencias” y que era preferible, si no había consenso ni en el propio gabinete, que mejor no entregaran las iniciativas ese miércoles y que él, de plano, prefería no recibirlas en esas condiciones y que era mejor posponer el evento. Gertz se quejó de que él no era parte del Ejecutivo y no tenía por qué coordinarse con nadie. “¿Qué hacemos entonces?”, preguntó Julio Scherer y, ante la división ya inocultable que provocaba el tema, acordaron en ese momento que habría solo un acto de explicación de las iniciativas, pero que éstas no se presentarían sino hasta el 1 de febrero, día del arranque del periodo ordinario de sesiones.

Para esos momentos, con el gabinete dividido y confrontado por la autoría y el contenido de la reforma judicial, el tema ya había explotado en los medios y las redes sociales a partir de la filtración de fotocopias de las iniciativas de ley que circularon desde el martes anterior. Ha sido tal la polémica y el desaseo con el que se elaboraron y procesaron internamente esas propuestas, además de su supuesto contenido que nadie conoce oficialmente, que hoy incluso entre los senadores de Morena tienen serias dudas de que se puedan presentar el 1 de febrero y de que, aún si se presentan, vayan a poder aprobarse si es que el contenido que se filtró es real. “Ni los senadores de Morena avalaríamos algo así como lo que se ha difundido, ni la oposición aceptaría dar sus votos para reformas constitucionales tan polémicas y cuestionadas”, comentó un senador de la bancada morenista.

Veremos si este sábado que comienza el periodo de sesiones llega o no el paquete de reforma judicial al Senado y si lo presentan en qué términos viene. Por lo pronto, la decisión de la bancada de Morena, incluso ya consultada con el presidente López Obrador, es que se abra un “Parlamento abierto” en el que se escuchen a todos los que tengan que opinar sobre el tema juristas, penalistas, ONG, defensores de derechos humanos, opositores. Incluso se invitará al presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea a opinar sobre los cambios que pretenden hacerse a la Ley de Amparo, de los cuales tampoco consultaron al Poder Judicial. El camino pues, será largo y nada fácil para la reforma judicial y en una de esas, dicen en el Senado, ni siquiera sale en este periodo que termina en abril.

NOTAS INDISCRETAS…

Al fiscal Alejandro Gertz Manero, a quien le atribuyen la mayor parte de la autoría de las iniciativas judiciales, se le ha escuchado decir: “Si en este gobierno no me dan instrumentos y herramientas (con los cambios legales que endurecen penas, modifican el amparo y regresan el arraigo, entre otras cosas) yo no voy a poder hacer mucho en el tema de la seguridad”.

¿O sea que en la FGR quieren leyes más persecutorias y acusatorias aún cuando se vulneren garantías y derechos fundamentales? Como si el problema de seguridad y justicia se resolviera solo con leyes…

A propósito de lo que pasa en Morena, quienes piensan que con el interinato de Alfonso Ramírez Cuellar ganó Bertha Luján, se equivocan. Ramírez Cuéllar le responde solo a Claudia Sheinbaum, de quien fue su coordinador de campaña y ha sido siempre un aliado y consejero cercano.

Bertha sí avaló la presidencia interina, porque cree que, efectivamente Alfonso se quedará solo cuatro meses y luego le entregarán a ella la presidencia del partido. Pero hay quien dice que ya con el control de Morena, el grupo de Sheinbaum no va a soltar el partido y que Ramírez Cuéllar se quedará posiblemente hasta 2021.

Al final lo que está de por medio es la definición de las listas de candidatos para las elecciones intermedias de 2021, de 300 diputaciones de mayoría, 200 plurinominales, 13 gubernaturas y varias alcaldías. Y todo eso, con el aval del presidente, hoy estará en las manos de Claudia Sheinbaum y su grupo político.

Cosa de ver la solicitud de licencia como diputado que presentó Alfonso Ramírez Cuéllar a la Mesa Directiva donde pide “licencia para separarme del cargo por tiempo indefinido”, nunca dice por solo cuatro meses.

Lo dicho, Sheinbaum ya no sólo es Jefa de Gobierno, también de Morena…Los dados mandan Serpiente doble. Caída libre.

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