En un medio de comunicación, similar a los que publican declaraciones y situaciones de actores de la farándula, Mauricio Kuri González manifestó haber recibido 300 cartas de queretanos, “pidiéndome que hagamos algo por el país” y afirmó varias veces que: “Yo veo otras cosas… También veo otra cosa (respecto a sucesos del año 2019). Relacionado con sus aspiraciones para la gubernatura de Querétaro, contestó: “Nunca hay que decir nunca, pero igual, mira, la vida es tan rara que igual vas para arriba o igual vas para abajo”. ¡Ay Mauricio!; ¿Consideras que la vida es rara? ¡Hombre por Dios! “Cosa” rara es el hombre, no pide nacer; no sabe vivir y no quiere morir. “Cosa” rara es el hombre. La vida es una gran tipa; sonríele a la vida y ella te va a sonreír. Agregó: «Mientras yo esté en el Senado de la República (sic), mientras yo siga con este mandato que me dieron, no voy a dejar de estar diciendo las cosas». Según el INEGI, el estado de Querétaro tiene 2 millones 239 habitantes, razón por la cual la petición de tan sólo 300 queretanos se traduce en un porcentaje ínfimo y por supuesto, el resto en números redondos (2, 238,300) está consciente de que en México, ya que Mauricio es senador de la República, el gobierno federal está desempeñando un buen papel. En otras palabras; según sus propias declaraciones, sólo lo apoyan y creen en él 300 queretanos.

La Real Academia Española define la palabra “cosa”, como: “Ser inanimado, en contraposición con los seres animados”; es decir, nuestro insigne senador piensa en seres inanimados, con razón dijo también: “Nunca me imaginé ser senador y mucho menos ser coordinador de la bancada de oposición más grande del país y en un momento tan complicado que está viviendo el país, donde estamos viendo riesgos de democracia, de instituciones, muy fuertes”. Un hombre como Mauricio, con buenas intenciones bien se puede convertir en víctima política, peón de un engañoso ajedrez, en vez de gobernador. Sobre sus aspiraciones políticas, contestó: “No te puedo decir lo que me encantaría decir”; no soñó con ser senador; empero sí cree en los encantos y no los comparte con “300 queretanos”. Mauricio, los hombres no vivimos de encantos; sino de aceptar nuestra responsabilidad con profunda fidelidad a nuestra vocación política; atendiendo a nuestra conciencia, a la conciencia de un hombre que cree en la política como el instrumento que las sociedades han construido para ordenar sus intereses, para expresar su voluntad, para conducir su destino.

Especialista en Derecho del Trabajo

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