En un mundo convulsionado y moderno,  que vive tiempos difíciles y distintos a  aquellos cuando tuve por primera vez a tu madre entre mis brazos,  con la aquella mirada suave, tierna e inocente. Al igual que entonces, me observaron unos hermosos ojos de un azul profundo que atisban su entorno con la curiosidad que distingue a quien decide aventurarse en la vida misma. Veo a tus padres entre la enorme felicidad y la gran responsabilidad que adquieren al estrenarse como tales. Al mismo tiempo que asumimos tu fragilidad, descubrimos tu fortaleza y tratamos de descifrar tu personalidad y temperamento. Tus abuelos no podemos evitar la felicidad de tomarte en nuestros brazos y recapitular el valor del tiempo y del esfuerzo de la vida que abre un nuevo capítulo.

Cuando uno tiene la oportunidad de ser padre por primera vez, entramos en un camino nuevo que pareciera no haber sido transitado antes, a pesar que en realidad lo ha sido a través de todo el tiempo en que la humanidad  habitamos este pequeño planeta. Sin embargo, encierra siempre el misterio de brindarnos la oportunidad de descubrirlo y caminarlo junto con la persona que elegimos y nos eligió para hacerlo. Son pasos breves los primeros y poco a poco nos damos cuenta de lo trascendente que significa tener un responsabilidad en brazos y después tomarla de la mano a lo largo de muchos años para llegar a soltarles y desprendernos para que ellos puedan emprender y descubrir su propio camino y sean parte de un nuevo ciclo.

Por otro lado, las costumbres y tradiciones enfrentan una lucha con las novedades que hay en torno a la tarea de ser padres por primera vez. Escucho tanta cosas en torno a que hacer y qué no hacer. Para quien tiene el privilegio de tenerlas cerca, el papel de las abuelas es fundamental para compartir los conocimientos, que a su vez adquirieron en su momento y que se van mezclando y acomodando con toda la información que hoy se encuentra tan a la mano. Sin embargo, tengo la impresión que prevalece lo que hemos aprendido a lo largo de la vida familiar. Es entregar una estafeta de amor en la carrera de la vida.

En una ciudad como la nuestra, los avances, tanto tecnológicos como de desarrollo de productos, han cambiado radicalmente la atención y cuidado de los bebés en sus primeros años de crecimiento. Los pañales, los biberones, las carreolas, los juguetes, las bañeras, los utensilios y más. Los pañales de tela pasaron a los desechables y para fortuna del entorno natural, hoy  los hay biodegradables. Inclusive, he escuchado que hay empresas que conservan el cordón umbilical del recién nacido para tener a la mano en un futuro las células madre para alguna contingencia jamás deseada. Cosas que ni siquiera imaginábamos hace apenas veinticinco años o el equivalente a una generación.

Hoy día, ante una mayor esperanza de vida en los adultos mayores, muchas personas pueden disfrutar más de la oportunidad de ser abuelos y ver como los ciclos que vivimos se repiten en nuestros hijos y tenemos la suerte de una gran ventaja con los nietos, los disfrutamos con toda la felicidad que nos dan, sin la responsabilidad que tienen los padres. Creo que esa uno de las cosas maravillosas que la vida nos regala y como lo comentado alguna vez, como conclusión cuando entre amigos hablamos del tema, los nietos son el postre de la vida.

Pero es muy importante también saber que aún en este Querétaro que crece, se desarrolla  y se sigue llenando de automóviles vertiginosamente, hay zonas donde la tarea de ser padres se lleva a cabo en condiciones paupérrimas y es un acto de heroísmo sacar adelante los hijos para buscarles un mejor porvenir. Mientras eso sea una realidad, nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos tenemos la responsabilidad y la oportunidad de ser parte de la atención y solución ante estos retos. La inversión en salud, educación y en la generación de fuentes de empleo mejor remunerado, es un camino al cual no debemos estar ajenos quienes tuvimos, sobre todo, la oportunidad de un hogar y de una formación académica.

Abrigo en tus ojos de ese azul profundo, Julia, la esperanza y el deseo de una vida llena de amor para ti y de ti para los tuyos. En especial, abrigo la esperanza de que seas parte de esa solución que hoy hace tanta falta en este mundo y en este país. Que la generosidad y la solidaridad sean parte de tus talentos, como lo son de este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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