El título de este artículo es voluntariamente ambiguo; o mejor dicho, tiene por lo menos tres diferentes formas de interpretación: Noguchi estuvo en México, es decir, vivió y trabajó como asistente de Siqueiros y realizó el más importante mural del Mercado Abelardo Rodríguez  en el Centro Histórico de la Ciudad de México; Noguchi, en los años noventa,  se presenta en México a través de una exposición en el Museo Tamayo, con la obra realizada para las escenografías de Martha Graham y ahora, vuelve al Museo Tamayo con una magna exposición que nos ilustra acerca de la mística que se mueve en los espacios urbanos, los jardines abiertos y el uso múltiple de éstos, abordados a través y muy especialmente, de los jardines y el uso que de ellos hacen los infantes y el disfrute de los adultos.

Pero ¿Quién es Isamu Noguchi? Es un hombre que se distingue por la sensibilidad de su espíritu y la habilidad de su cerebro, corazón y manos, nacido en Japón y llevado por sus padres a vivir a EUA, donde adquirió la nacionalidad, dado que su madre era norteamericana. No obstante regresó reiteradamente a Japón donde fue reafirmando sus convicciones del alma y algunas de las tradiciones más ancestrales acerca del uso del espacio, con fines de desarrollo espiritual.

Lo que sucede es que estamos frente a un genio nacido en Japón y avecindado por larguísimos años de su vida en EUA, donde a cambio de su infinito talento y espiritualidad, le permitió desarrollar una vida llena de posibilidades.

Visitar en Brooklin, NY, su museo es sobre todo, una experiencia que raya más en lo espiritual que en la oportunidad de revisar desde la inspiración para sus diseños muy cercanos a la experiencia Zen y hasta la mercadotecnia legítima y seria para permitirnos a los visitantes, la posibilidad de comprender cómo es que un objeto de arte puede establecer una relación directa nuestra sensibilidad hasta poder adquirir algunos de sus diseños, como las lámparas Akari, hechas una por una, con papel de arroz, en diversos tamaños y formas geométricas, capaces de iluminar los espacios más impensables porque pueden colgar en enormes vestíbulos como eje vertical para una escalera majestuosa y helicoidal, hasta una sencilla y perfecta lámpara de buró en la intimidad de una recámara.

A él pertenece aquella mesa de centro que con unas patas talladas en madera de combinación única,  dan elegancia a cualquier sala de estar o lugar para tomar el té; sillones color verde manzana de ergonomía perfecta y sencillez absoluta, podemos adquirirlos a precios normales y frente a los cuales, los imitadores lloran por no poder igualar el espíritu de la autoría real acompañada de la calidad y calidez de sus diseños.

Juegos de mesa, escenografías de abstracción escénica únicas, esculturas de formatos domésticos, enormes proporciones para espacios abiertos y esculturas de simplicidad sobrecogedora, realizadas en las más hermosas piezas ígneas de fascinantes formas, temperaturas y colores, hasta la totalidad de elementos que pueden conformar un jardín Zen de colores que no van más allá del blanco y el gris de las piedras, el verde y el café del jardín y el brillante azul del cielo, acompasados con el ritmo del agua que fluye lentamente, donde el espíritu descansa del trajín neoyorquino con todos los debates financieros, que también han encontrado digna representación en el enorme Cubo Rojo, engalanando el distrito de las subastas económicas que caracterizan a la ciudad de los rascacielos, la Gran Manzana, allí donde también todos los artistas de la historia han encontrado un recinto ideal y abierto al mundo a través de los diversos museos y galerías para todos los gustos, posibilidades y exigencias.

Isamu Noguchi, el gran artista de la escultura, desde allí se proyectó hacia todo el mundo con una propuesta de arte público, sus jardines ataviados con esculturas de gran formato , que igual han movido a los niños a jugar y crear historias donde sus personajes aparecen y desaparecen tras esos objetos, que en su imaginación se vuelven mágicos y sin saberlo, los acercan al arte de la mejor manera, esa que permite la exploración del arte y que en las mentes más inteligentes cobran vida y hacen de esas formas volumétricas, utensilios para la vida como su mobiliario y elementos decorativos

Noguchi está de nuevo en México y el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, ha recreado el arte que Isamu llevó a los jardines. Arquitectos, diseñadores industriales, diseñadores urbanos, teóricos del arte, curadores, críticos de arte y estudiosos de todas las manifestaciones de las artes plásticas debemos acudir a esta invitación u disfrutar y aprender de esta muestra de obras maestras del gran escultor que nuevamente nos visita con permanencia hasta Octubre próximo.

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