El año prácticamente concluye y nuestro país ya tiene más de la mitad de la población enchufada al ciberespacio. De acuerdo con los datos proporcionados por el INEGI, México cuenta con más de 65 millones de usuarios de Internet, lo que equivale al 59 por ciento de la población total del país. Un crecimiento destacado y en donde la principal vía para acceder a la red, con más del 60 por ciento de los usuarios, es la de los celulares.
El 2016 fue el del auge del Pokémon, que, gracias al matrimonio que hizo la empresa Niantic de los teléfonos celulares con la realidad aumentada, pusieron, por una corta temporada, de cabeza a millones de personas que a lo largo y ancho del orbe los llevó a “cazar” a esos seres imaginarios.
Este fue el año en que se evidenció lo vulnerable que es Internet y lo fácil que es poner patas arriba el funcionamiento de los sitios. Eso se comprobó con el ataque colectivo que sufrieron varios sitios como Twitter, Netflix, Amazon, Reddit o Spotify, que quedaron fuera de circulación. Eso fue resultado de un ataque de denegación de servicios o DDoS efectuado por una amplia red de botnets contra los servidores de la empresa estadounidense Dyn, destacada proveedora de DNS.
Pero la debilidad de Internet quedó corroborada, nuevamente, cuando varios sitios dieron a conocer los ataques que sufrieron y permitió a quienes los efectuaron hacerse con millones de cuentas de usuarios de dichas plataformas. Si bien la mayoría de esos hackeos fueron hechos años atrás, lo cuestionable fue darlos a conocer tardíamente y no haber tomado medidas severas para limitar los daños, ya que mucha de esa información fue puesta a la venta en la misma red. Algunas de las empresas afectadas por esos ataques fueron LinkedIn, MySpace, Yahoo!, iMesh y Dropbox.
Pero el 2016 pasa a la historia porque por vez primera se puso atención a escala internacional al fenómeno de las noticias falsas. Gracias a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, muchos usuarios se dieron cuenta de ese aspecto que desde hace buen rato ha inundado las redes sociales.
Las noticias falsas, además, ilustraron que los algoritmos no son la solución para clasificar contenidos en línea, ni la mejor ruta para excluir de noticias falsas Internet. Se impone la idea, para algunos, de que tales sitios requieren de editores humanos con formación periodística para impedir la circulación de dichos contenidos. Todo esto derivó en que los gigantes de Internet digan que tomarán cartas en el asunto y limitarán la circulación de contenidos, en particular para evitar que quienes han montado su modelos de negocio a partir de noticias falsas ya no tengan ingresos por ello. Además, el fenómeno de las noticias falsas puso al descubierto el floreciente negocio montado en algunas partes del planeta, particularmente en naciones de Europa del Este, en donde desde temprana edad los usuarios se dedican a vivir de eso.
La privacidad ha salido bailando y de nada sirve configurar los dispositivos para preservarla. Google, por ejemplo, sin decir agua va, modificó su política de privacidad para compartir los datos de las personas con sus anunciantes; así, su Google Maps monitorea y comparte la ubicación de las personas, incluso aunque hayan desinstalado esa función.
La violación de la privacidad también la llevan a cabo los gobiernos, como el mexicano. Así, por ejemplo, en nuestro país la Red en Defensa de los Derechos Digitales señaló que el Estado mexicano vulnera el derecho a la privacidad de los usuarios de Internet bajo el argumento de que investiga delitos de alto impacto. De hecho, la Red interpuso un recurso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien determinó que el CISEN informe a dicha Asociación Civil sobre cuántas personas o dispositivos intervino en el año 2014.
Seguramente el año próximo la red seguirá en constante ebullición, de lo cual daremos cuenta a partir de la tercera semana de enero, compartiendo en este espacio lo que acontece en el ciberespacio, las novedades y las expresiones de la cultura digital; pero por ahora les deseamos a los lectores felices fiestas decembrinas.
