Una mañana, hace algunos años, tuve la oportunidad de tomar algunas fotografías para una colaboración en el Museo de Arte Sacro en nuestra ciudad y realicé —junto con mi buen amigo José Niembro— un breve recorrido por algunos de los templos del centro histórico para, con tan solo un tripié y la cámara, aventurarse en lo que resultó ser todo un reto por la ubicación de algunas obras que eran propósito registrar.

Al correr del tiempo y darme el espacio para disfrutar de nuevo de algunas de ellas, me he dado cuenta que hay tantas cosas que nos mueven a los seres humanos para provocar en nosotros una expresión artística.

Sin lugar a dudas, las emociones, el lado espiritual más amplio que por supuesto incluye  también las creencias religiosas y seguramente muchas de las vivencias que nos provocan nuevas emociones y sensaciones, resultan una enorme fuente de inspiración para dar vida a esas obras que dan sentido e identidad a la cultura y patrimonio, desde las pequeñas comunidades hasta las grandes ciudades. 
Esta imagen del retablo ubicado en la sacristía del templo de La Congregación, es una hermosa muestra que reúne un cúmulo de expresiones en torno a la Virgen de Guadalupe.

Me encanta el arte contemporáneo, pero tener también la oportunidad de conocer y honrar lo que artistas de hace siglos hicieron obras de arte sacro, es además un privilegio de poder acariciar la fe, el tiempo y la memoria de un pasado, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

@GerardoProal

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