Para Amaya,
 en su cumpleaños 17.

La percepción es claramente subjetiva; damos sentido a las situaciones que vivimos a partir del contexto en el que estamos. Las encuestas que evalúan el quehacer público reflejan percepciones; por ello, a veces parecen contradictorias, sin embargo, compararlas permite identificar tendencias.

Esta semana se publicó la Encuesta Mensual de Evaluación de Gobierno de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), el promedio de junio de la #AMLO Tracking Poll de Mitofsky y la Encuesta de El Financiero. Como ha sido constante, se mantiene la popularidad del presidente de la República. De acuerdo con GCE el 57% de los encuestados tiene una opinión muy buena o buena del presidente y el 56% está de acuerdo con su forma de gobernar; Mitofsky, por su parte, reporta una aprobación del 55.7%. Sin embargo, no todo es popularidad; algunos datos se contraponen al discurso de transformación de la 4T.

La encuesta de GCE indaga sobre la situación general del país. El 31% de los encuestados percibe que el país avanza, sin embargo, está en su punto más bajo desde marzo de 2021 y 37 puntos porcentuales por debajo de su nivel más alto, en marzo de 2019. Para el 24% está retrocediendo; este dato refleja la segunda medición más alta desde la toma de posesión, sólo superada por el 26% que se registró en febrero de 2020. Finalmente, el 42% considera que el país está estancado. Si sumamos quienes consideran que está estancado o retrocediendo, la cifra alcanza el 66%. De la mano de la situación general del país se pregunta si el presidente tiene las riendas del país o se le están saliendo las cosas de control. El 53% opina que se le están saliendo de control frente a un 40% que considera que tiene las riendas bien sujetas. Esto resulta preocupante porque el segmento que considera que la situación se está saliendo de control incrementó 8 puntos porcentuales en el último trimestre.

Si nos centramos en dos de los temas que más preocupan a la ciudadanía —corrupción y seguridad— las tres encuestas muestran consistencia. En cuanto a percepción de corrupción, principal bandera de la administración del presidente López Obrador, la encuesta de GCE reporta que el 45% cree que ha aumentado (mucho/algo), siendo esta la cifra más alta en lo que va del sexenio frente a un 38% que considera que ha disminuido y un 13% que sigue igual. La encuesta de Mitofsky muestra que el 84.1% de los encuestados perciben que hay mucha/regular corrupción y sólo el 13.9% que poca o nada. Finalmente, la encuesta de El Financiero señala que para el 44% de los encuestados la lucha contra la corrupción ha avanzado, pero el 36% considera que ha retrocedido y el 17% que ni una ni la otra.

Con respecto a la seguridad, GCE muestra que el 65% considera que la inseguridad ha aumentado mucho/algo contra un lejano 23% que dice que ha disminuido. Mitofsky refleja un 50% de los encuestados que señala que la percepción de la situación de seguridad es peor, un 23.5 igual y un 23.8 mejor. Finalmente, El Financiero muestra un 48% que señala que en la lucha contra el crimen se ha retrocedido contra un 35% que percibe avances.

Evidentemente estas tres encuestas son sólo una fotografía de la percepción de la ciudadanía en un momento determinado. Sin embargo, los índices de inseguridad y corrupción son contrastables con indicadores internacionales, la popularidad, no. He ahí el prejuicio.

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