Hace unos días el Gobierno Federal en conjunto con representantes de la iniciativa privada presentó una serie de proyectos de infraestructura. Entre los planes ferroviarios se encuentra la propuesta de construcción y concesión del Tren México-Querétaro con una inversión de 51 mil 300 millones de pesos. Se trata de un tren de alta velocidad, aproximadamente 300 kilómetros por hora, con un tramo de 210 kilómetros, contemplando el recorrido en 58 minutos.

Se realizaron estudios de pre-inversión y asesoría técnica, la compra de predios, liberación de derechos de vía y contratación de testigos sociales, es decir, ciudadanos especializados que vigilan todo el proceso de la licitación, lo que representó una inversión de 695.10 millones de pesos.

Nuestra entidad tendría un gran impacto debido a la conexión directa que tendría con la capital del país, con trayectos de menor tiempo en comparación con el trazo carretero; pues la autopista México-Querétaro, es una de las principales vías de comunicación a nivel regional, que forma parte del eje carretero Querétaro-Ciudad Juárez y México-Nuevo Laredo, a partir del cual se mueve un importante flujo de personas y mercancías. Sin embargo, también es una de las vías que registra mayor número de accidentes.

Tomando como referencia la opinión de algunos autores sobre las ciudades españolas, manifiestan que éstas están enfrentándose en los últimos años a un proceso de transformaciones urbanas muy importantes, ligadas principalmente a cambios en relación con las infraestructuras de transporte.

Sin embargo, uno de los cambios más severos es la creación de nuevos espacios residenciales e industriales. Por lo tanto, todos estos cambios requieren la coordinación de numerosos agentes (públicos y privados) así como una importantísima vigilancia ligada a la enajenación de suelo, que teniendo en cuenta la situación económica actual ha generado dudas sobre la viabilidad de algunos de los proyectos asociados a la obra.

Pero volviendo a nuestra ciudad, algunos expertos opinan que de concretarse la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) México-Querétaro, este esquema de movilidad podría representar un elemento que aumente la competitividad de la región Bajío y que la obra también representaría un estímulo para dinamizar la reactivación económica de la región, después del impacto productivo y económico que ha dejado la pandemia de Covid-19.

En contraste, también traería consecuencias que se deben atender como un aumento en los flujos de migración hacia el Bajío, y particularmente hacia Querétaro, que demandaría el aumento de demanda de servicios públicos y de infraestructura.

Es indispensable realizar un dictamen de factibilidad técnica y viabilidad de la ubicación de estación de la estación del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro y el estudio de impacto vial en nuestra ciudad, hay varias propuestas: una de ella es instalarla en el polígono que ahora funciona como sede de la Zona Militar y, otra es que la estación se sitúe en el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro.

Las ciudades y los territorios que reciben el TAV sufren transformaciones que potencialmente puede acompañar o facilitar el nuevo tren. Entre ellas, la más inmediata suele ser la modificación urbanística que genera la propia implantación de la infraestructura ferroviaria. A escala local, la llegada del TAV ha venido acompañada de renovación urbana, convirtiéndose en un interesante instrumento urbanístico cuya implantación puede transformar la estructura física y funcional del conjunto.

Google News