Más Información
El crecimiento urbano frecuentemente provoca deterioro de las condiciones ambientales adyacentes, producto de la realización de obras civiles.
Como territorio de crecimiento demográfico, actividad comercial e industrial, las ciudades concentran el uso de energía y recursos, así como la generación de desperdicios, de modo que los sistemas tanto artificiales como naturales se sobrecargan y las capacidades para administrarlos llegan a ser insuficientes, escenario que se agrava por el rápido aumento demográfico de las urbes.
La Zona Metropolitana de Querétaro es un ejemplo de crecimiento acelerado, por lo atractiva que resulta, por las buenas condiciones que ofrece para vivir y progresar.
Entre los impactos relevantes y conocidos de las grandes obras civiles destaca la alteración del medio natural. La mayoría de las grandes obras se someten, en su fase de proyecto, a la evaluación de su impacto ambiental. Para éstas deberán contemplarse medidas preventivas, con soporte en el estudio de impacto ambiental según lo indica la normatividad, el cual debe ser aprobado, para el caso de Querétaro, por la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu), en el ámbito estatal y su omisión o incumplimiento deberá ser sancionado por la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente y Desarrollo Urbano (PEPMADU).
La Sedesu establecerá en su autorización las condicionantes necesarias para mitigar o compensar las afectaciones ambientales. Los impulsores de las obras civiles deben evitar o minimizar todos los impactos o efectos negativos en el medio ambiente. Las obras deben ser integradas de forma total y eficiente al entorno.
Cuando se planea, diseña o construye una obra se deben prever daños y vigilar que las medidas propuestas para evitarlas se lleven a cabo, lo cual en su caso autoriza la Sedesu y vigila la PEPMADU en el ámbito estatal; en el ámbito federal corresponde a la Semarnat y la Profepa. Asimismo, también existirán competencias del orden municipal. Es indispensable la evaluación ambiental estratégica, primero se debe partir de la planeación y anteproyecto para evitar impactos graves en la población y medio ambiente.
El medio ambiente es un sistema en donde se integran los aspectos socioeconómicos, tecnológicos y físico-naturales, de ahí la trascendencia y sensibilidad social y humana que debe tener cada ingeniero civil con su entorno a la hora de proyectar y operar alguna obra. El desarrollo sustentable implica proteger el medio ambiente, heredarlo en buenas condiciones a las futuras generaciones, así como realizar obras civiles más afables a la sociedad.
En cada obra debe procurarse el equilibrio entre los factores económicos, sociales, ambientales, físicos y naturales; cualquier obra civil que se ejecute en la zona de influencia del proyecto, debe evitar dañar al ambiente durante el tiempo en el que se está ejecutando, debe también evitar perjuicios a la vida animal y vegetal durante la vida útil de la obra, y minimizar el impacto visual, de cara a que se pueda seguir disfrutando en el futuro los recursos existentes en el sitio.
Los espacios de las ciudades son intervenidos por obras civiles de impacto que generan efectos, lo cuales son difíciles de mitigar, por la mezcla de intervenciones que se dan en ellas.
Procurador del Medio Ambiente