En la magra lista se enumeraron franquicias como La Cervecería del Barrio, Bisquets Obregón, y marcas del Grupo Alsea, señaladas porque han despedido trabajadores en plena pandemia del Covid-19; autoridades laborales revelaron que una primera revisión arrojó un total de 123 empresas que podrían haber dado de baja hasta mil 900 colaboradores o empleados, aunque se estiman más pues muchos fueron contratados en la figura del outsourcing, y por diversas razones sociales derivadas de la marca que identifica el consumidor.

Para que la cuña apriete…

Por ello cimbró a más de uno, la expresión de Arnoldo de la Rocha, un excepcional empresario, fundador de la marca nacional ícono, Pollo Feliz, con cerca de mil sucursales en 169 ciudades de México y los Estados Unidos, y 20 mil trabajadores: “hoy, el compromiso es con los colaboradores, los accionistas pueden esperar; todos debemos estar en el mismo esfuerzo de mantener empleados con sus ingresos íntegros”.

Luz y sombras frente al coronavirus.
Soñador toda su vida; venido de la Sierra Tarahumara a esa primera experiencia de un negocio propio con grandes carencias económicas, pero recuerda, con una gran enseñanza de valores de sus padres, De la Rocha, fue enfático: “sino hay las medidas indicadas se abrirá una brecha más grave y delicada en la desigualdad de los mexicanos con el riesgo para la estabilidad social de la nación”.

El creador del Pollo Feliz, en su llamado online, aseveró que terminó la era del “dinero fácil”; los negocios deberán imaginarse desde cero, con una clara lectura del mercado —que estará disminuido— a través de un trabajo en equipo, con mucho talento y comunicación para vender ideas, apuntó.

Arnoldo de la Rocha, comenzó su exposición virtual conocida como el “sueño mexicano”, al advertir que reaccionamos al revés frente a lo que llamó un desastre grave, pues nos dividimos y peleamos cuando hoy, debemos estar más unidos que nunca. “Esto se tiene que reactivar, pero debemos ir de la mano”. “Nadie tiene el derecho de hacer una política que divida”.

“El síndrome del presidiario”.

Seguro contagiado por estos planteamientos del “Pollo Feliz”, preguntará ¿de qué se trata este síndrome? De la Rocha, lo describe así: “se trata del preso que piensa que la solución será cuando quede en libertad”. Llamó a evitarlo y en tiempos del coronavirus, pensar ya como transformar esta experiencia, con coraje y con una lectura clara de lo que sucede.

Para el director general de la marca 100% mexicana, los cuatro pilares de la economía nacional: turismo, industria automotriz, remesas y petróleo, están colapsados, y todos ligados al vecino del norte, “también con los Estados Unidos, deberemos ir de la mano”, dijo.

Con todo, De la Rocha, confió que habrá ganadores luego de la tragedia del Covid-19, con oportunidades para el futuro, pero condicionó a una lectura clara de objetivos y necesidades; “sobrevivir para llegar a acuerdos y decisiones solidarias”.
Su alocución fue categórica cuando expresó que “es mejor no esperar recursos del gobierno; pues igual de grave como la quiebra de empresas, la quiebra de un gobierno”. Hay que levantarse temprano, en vez de estar esperando otro tipo de movimientos, concluyó.

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