En situaciones extraordinarias no pueden pasar cosas ordinarias. Por ello, en las elecciones extraordinarias de Huimilpan tenemos un caudal de hechos extraordinarios que plantean más dudas que certezas.

Ya se ha comentado previamente que el ordenamiento del Tribunal Electoral de repetir la elección en el municipio de Huimilpan marcaba un hecho pocas veces visto en la historia política del país y de la entidad.

Y los acontecimientos de la semana que recién concluyó siguen esa tendencia: una elección municipal que será más recordada por los acontecimientos previos que por el resultado final de la segunda elección.

Cuando todo estaba dispuesto para empezar una segunda ronda electoral, con los mismos actores pero con diferentes partidos y aliados, Juan Guzmán, el antagonista de esta historia, dejaba la candidatura que tanto había peleado cuando su anterior partido, Nueva Alianza se la había negado para, valga la redundancia, aliarse con el PRI.

Así, la elección del 6 de diciembre parece tener un final anticipado. Sin enemigo al frente y con un PRI entregado, la alianza PAN-PRD tiene el camino despejado para ganar.

¿Por qué Juan Guzmán deja de pelear por la presidencia municipal de Huimilpan, por la cual tanto batalló, al grado de cambiar de partido y dividir al que le daba asilo político (Partico Encuentro Social, PES)?

La primera respuesta la da el propio Guzmán: que sus antiguos aliados lo habían traicionado —señala directamente al PRI— y que teme por la seguridad de su familia.

¿Juan Guzmán fue traicionado? ¿Quién es este personaje que ha puesto de cabeza el escenario electoral? Las posturas se dividen.

Por una parte, hay quienes lo pretenden ligar con el crimen organizado sin que nada se haya podido comprobar. Por otro lado, hay quienes lo ven como un benefactor porque su fortuna la invierte en hacer obra religiosas dentro de las comunidades. Como podemos apreciar, las miradas sobre él son maniqueas, no hay puntos grises; o es blanco o es negro.

Surge una pregunta aún más importante. ¿Por qué tanto empeño del PAN en mantener ese municipio? ¿Es un afán de hegemonía política o en verdad se teme que con Juan Guzmán se abra una grieta para el crimen organizado?

¿Por qué el PRI aparentemente cedió este municipio? ¿A cambio de qué?

Las causas aún son poco claras. Sin embargo, los habitantes de Huimilpan tendrán que salir a votar el primer domingo de diciembre para repetir esa elección de junio que aún deja muchas dudas.

Cuando Hamlet escuchó la frase “algo huele a podrido en Dinamarca”, era el anuncio de el reino estaba corrompido. Hoy podemos decir que algo huele podrido en Huimilpan.

Periodista y sociólogo. @vilojahttp://victorlopezjaramillo.com/

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