En tiempos de mi infancia y sobre todo en período vacacional, la convivencia de las mamás era de cafecitos; una vez a la semana, si no es que encontraban  algún otro pretexto más para jiuntarse otro día.  Se reunían largas horas para tomar café y platicar de su vida. El tema común: nosotros los hijos y los esposos.

La mujer siempre tiene algo que decir, que expresar, me parece que es una habilidad que está más disponible en el mundo femenino y por eso cuando estamos juntas parecemos gallinas después de haber empollado. ¡Es muy divertido observarnos! porque puede haber mil conversaciones en la mesa y es difícil que te saltes alguna. Entendemos todo, escuchamos todo y nos jala aquella conversación que más nos interesa sin dejar de atender las demás.

Y así fue durante muchos años, incluso hoy que mi madre está próxima cumplir 70, sigue en contacto con sus amigas y primas y hace de su vida un papalote. La amistad de la mujer es especial, intensa, profunda y sobretodo requiere de mucho cariño y apoyo.

En mi caso fue diferente, fui la amiga que trabajaba siempre por lo que me perdí de muchos desayunos auqneu tuve la oportunidad de acudir algunos cuantos encontrándome con la sorpresa de que los temas seguían siendo los mismos, hablando de la época del jardín de niños de nuestros hijos. Hoy, las reuniones cambian. En el grupo hay más de dos divorciadas o separadas, hay más de dos que tuvieron que modificar su vida y buscar qué hacer para salir adelante bajo esa circunstancia que no imaginaron.

La mujer durante mucho tiempo ha sido considerada como conflictiva, incluso la famosa frase célebre "Entre mujeres nos despedazamos, pero jamás nos haremos daño" frase por demás incongruente porque ¡Ah! cómo nos lastimamos y nos volvemos expertas en emitir juicios contra las demás.

Hoy, la sinergia es diferente en mujeres de rodada cuarentona, y no lo expreso de manera peyorativa, al contrario lo indico como para resaltar la época en que nos encontramos en donde el aprendizaje ha sido evidente y somos más conscientes de muchas cosas ya que estamos llenas de experiencia y vivencias que nos han enseñado muchísimo. Hoy, encuentras solidaridad, apoyo y construcción porque sabemos lo que significa caerse, lo que significa rasparse con decisiones o no tomadas, sabemos lo que se padece cuando no tienes idea de cómo continuar.

La mujer, está hecha de materiales tan maleables que es sorprendente la manera en que se adapta a las circunstancias, la pena, el estatus y condiciones sociales, se limitan a su capacidad de hacer sin importar absolutamente nada más que salir adelante.

Hoy la mujer se relaciona distinto, se une para levantar a otras cuando es necesario, se abraza y da consuelo porque entiende por lo que se ha pasado ya que hay historias que se han repetido una y mil veces en muchas mujeres.

La mujer hoy, entiende que somos una fuerza llena de emociones y corazón, que va moviendo al mundo con otro tipo de elementos diferentes al mundo de los hombres.

Hoy existe ya un despertar y ¡que el mundo tiemble! porque somos muchos tacones ya que resuenan al andar.....

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