El jueves 4 de febrero en la Comisión de Educación Arte y Cultura de la Quincuagésima Novena Legislatura del Estado de Querétaro se reconoció la labor que dos docentes queretanos han realizado durante la pandemia originada por el Covid-19, crisis sanitaria que puso a prueba la creatividad e innovación del maestro Salvador Olvera Marín y de la maestra Nancy Lizbeth Santos Maqueda, que encontraron una opción para evitar que el proceso formativo de sus alumnas y alumnos se vea truncado a causa del cambio de esquema de las clases presenciales y virtuales, tomando en cuenta las grandes limitaciones que existen para poder acceder a la tecnología necesaria para continuar con el curso escolar.

De antemano y cómo lo expresé durante la comisión aplaudo de manera genuina que la Legislatura reconozca la labor docente; sin embargo, es necesario que estos procesos de visibilización del trabajo de las y los maestros vaya de la mano con el reconocimiento real de la deuda histórica que las administraciones estatales, incluyendo la actual, tiene con el sector magisterial, esto sumado al pendiente que existe en Querétaro sobre la reinstalación de tres maestras y un maestro que fueron despedidos, de manera injustificada, a raíz de la imposición de la mal llamada reforma educativa aprobada durante el sexenio anterior, encabezado por Enrique Peña Nieto.

Esto sumado a los diferentes procesos persecutorios que en lo particular el maestro Sergio Jerónimo Sánchez y la maestra Rosa María Cordova han sufrido desde antes de la implementación de la reforma anteriormente mencionada, por lo que el tiempo se agota para el actual y nuevo secretario de Educación estatal, Juan Carlos Arredondo, para que de manera oportuna atienda estos cuatros casos pendientes y de este modo cumpla con los mandatado por el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador, mismo que en una de sus visitas giró la indicación de reinstalar a la prontitud a todas las y los maestros que habían visto vulnerada su estabilidad laboral con esta reforma laboral aplicada al magisterio.

Me queda claro que la administración actual ha buscado, por todo los medios, seguir criminalizando a todas las luchas sociales incluyendo la digna lucha magisterial, por lo que con seguridad esta administración cerrará sus puertas y su ciclo a cargo del Poder Ejecutivo Estatal sin haber acatado la orden del Presidente; sin embargo, esta situación no puede quedar impune y se vuelve imprescindible continuar con la constante denuncia hacia la falta de voluntad política y la omisión a cargo de los que hoy gobiernan desde la exclusión.

Los reconocimientos son buenos, nadie lo niega; sin embargo, la dignidad laboral, las instalaciones idóneas para formar a las y los estudiantes y el reconocimiento diario de la labor de las y los docentes es lo que en realidad se necesita para rendir honores al trabajo de un sector que es pilar en el desarrollo de un país como el nuestro que día con día busca reconstruirse desde diferentes frentes, con el convencimiento de que la transformación de la vida pública de México inicia en las aulas de clase.

¡Larga vida a la lucha magisterial!

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