Hipocresía o falta de oficio
He dicho antes que a la gran mayoría de los políticos metidos a gobernadores, alcaldes o diputados del país, les sobran pretextos de tipo económicos o legales para no cumplir sus obligaciones y los compromisos contraídos con los ciudadanos durante sus campañas electorales y los hechos demuestran que, efectivamente, así es. Tan pronto como pasa la elección y logrado su objetivo, lo primero que hacen es darle “manejo” a los electores, en muchos casos con maniobras muy vistas y gastadas. Manifiestan siempre tener disposición para ayudar a que se resuelvan las necesidades de los ciudadanos que votaron por ellos, pero no cumplen porque, dicen, “no cuentan con los recursos suficientes para atender a la población” o porque “no hay programas que incluyan las necesidades que solicitan”. Pretextos les sobran.
Especialistas como son en evadir compromisos, hacen creer al pueblo que los eligió, o cuando menos lo intentan, que el hecho de que sus asuntos no se resuelvan no depende de ellos, que es falta de dinero, cuestión de suerte o de castigo divino. Y así, entre promesas e incumplimientos, la vida sigue su curso; la ciudadanía, como siempre, con carencias de todo tipo, viviendo en la pobreza y trabajando para mantener a los políticos a través del pago de impuesto predial, permisos, licencias, multas, etcétera, y estos sin perder nunca de vista el objetivo siguiente; usar nuevamente a la gente para seguir escalando a nuevos puestos.
Algo de esto sucede con el alcalde de Corregidora, Mauricio Kuri González, a mi juicio mal orientado por quienes ven a la población organizada y consciente como un peligro pues, en su intento por avanzar “sigilosamente” hacia un puesto de mayor relevancia, se desentiende de los importantes asuntos de su administración y en lugar de verse como un político experimentado, atento y sensible a las necesidades de la población que vota, seguramente por pertenecer a la clase alta, lo hacen ver como un alcalde arrogante y ajeno a las necesidades de la población humilde.
Aunque pareciera que en este municipio no hay problemas ni pobreza, al ocupar uno de los primeros lugares de bienestar a nivel nacional, que no es resultado del trabajo de Kuri González, según datos del Coneval, el 18.7 por ciento de la población, de un total de 181 mil habitantes, vive en situación de pobreza; el 17.8 viven en pobreza moderada y el 0.9 en pobreza extrema. El 11.1 por ciento de los corregidorenses no tiene acceso a la alimentación; el 59.7 por ciento presenta alguna carencia social y el 41.3 por ciento de la población municipal se considera en situación de vulnerabilidad.
Otros datos que vale la pena registrar: el 17.5 tiene viviendas sin servicios públicos, el 50.3 por ciento de la población carece de seguridad social y el relativo a que en el municipio existen apenas 11 unidades médicas, con un promedio de 6.2 médicos por unidad frente a 11.1 que existen en todo el estado.
Y si bien es cierto que existe una marcada diferencia entre el desempeño de Kuri González con los alcaldes de Cadereyta y Amealco de Bonfil, con las alcaldesas priístas de Huimilpan y Ezequiel Montes, o con el también panista Alejandro Ochoa, de Colón (que por lo que se sabe a través de los medios de comunicación, ha convertido la presidencia municipal en una cloaca, dedicándose a cobrar moches a cambio de obras, alcohol y drogas), es igualmente verdad que la cualidad sólo la puede hacer la solución de las urgentes necesidades de la población de Corregidora.
Mucha razón tiene el pueblo mexicano en desencantarse de los políticos, insensibles o corruptos. Ni el PRI ni el PAN, ni el PRD o Morena, son la alternativa para corregir los males de nuestra patria. La solución de los problemas del pueblo está en la unidad y la lucha del pueblo mismo.
Dirigente estatal del Movimiento Antorcha Campesina.
@jggrave