El Poder Judicial del estado, por más de un cuarto de siglo, estuvo controlado por varios de los magistrados y magistradas que se jubilaron el pasado 23 de diciembre. La 58 Legislatura nombró a 6 nuevos magistrados y todo hace suponer que se vendrán algunos cambios en el ámbito administrativo del Poder Judicial.

Todo coincidió en unos cuantos días: la iniciativa del Poder Ejecutivo, que cambia la situación jurídica de los trabajadores del gobierno estatal y municipios, trajo aparejado el inicio de la jubilación de los seis magistrados en retiro y otros servidores de ese Poder, a quienes les pretendieron aplicar las nuevas normas que lesionan derechos adquiridos y trastocan garantías constitucionales como la retroactividad.

Ante la amenaza que se cernía sobre los diputados en caso de aplicarles retroactivamente las nuevas normas en materia de jubilaciones y pensiones, no se arriesgaron, prefirieron otorgarles el derecho a la jubilación con los beneficios que hoy no contemplan las reformas y adiciones; se fueron los magistrados con el 100% de aquellos derechos adquiridos por otros magistrados en retiro. Punto final de un conflicto que nunca se dio, sólo “acalambró” a unos y a otros.

Así las cosas, una vez resueltas las jubilaciones de los magistrados, de las 22 propuestas que presentaron los diputados, el presidente de la Junta de Concertación Política, Toñito Rangel, por acuerdo de ese órgano de la legislatura, postuló sólo a quienes eran los idóneos en el acuerdo político: Juan Ricardo Ramírez, Alfonso Jiménez Campos, Greco Rosas Méndez, Cecilia Pérez Zepeda, Alfonso Jiménez Campos, Mariela Ponce Villa y Leticia de Lourdes Obregón Bracho, habiendo sido aprobado por la mayoría calificada que exige la Constitución local.

Ante la ausencia de magistrados, había que tomarle protesta de inmediato a los designados en la misma sesión, a fin de que inicien cuanto antes —28 de diciembre— sus funciones en el Poder Legislativo. De entre los magistrados nombrados hay quienes tienen experiencia en impartición de justicia y hay quienes en su vida han dictado una sentencia y ahora impartirán justicia en Segunda Instancia.

Es digno de resaltar que entre los nombrados está la magistrada Mariela Ponce Villa, experta en juicios orales, hoy día una buena elección, dado que de todos los magistrados que se fueron nadie había experimentado esta materia que empieza a dominar acorde con las reformas a la Constitución federal: la materia penal. Buena elección, conoce bien las entrañas de la impartición de justicia. Sin antecedentes que demeriten sus conocimientos y ética profesional.

Otra buena elección, la magistrada Cecilia Pérez Cepeda, quien si bien no ha estado en las lides del Poder Judicial, sí tiene experiencia en impartición de justicia; además cumula un buen bagaje en otras materias: fue consejera electoral del IEQ y magistrada del TEEQ. En este último cargo adquirió el conocimiento que requiere el análisis, estudio, estructura de los juicios, oír a las partes en litigio. Sin datos que empañen su carrera profesional.

El resto de los hoy magistrados electos, si bien no tienen esa experiencia en materia de impartición de justicia, cuentan todos ellos con el privilegio de la honestidad, no hay informes que demeriten su prestigio. Esa es virtud indispensable en la impartición de justicia que no todos tienen y menos demuestran en su actuar profesional. ¿Que los magistrados están ligados a las fuentes de poder que toman las decisiones? ¡Siempre ha sido así! Nada que deba sorprender a nadie.

Ahora con la presencia de los nuevos magistrados seguramente habrá otros criterios en la administración burocrática; deberán dar una sacudida para que terminen privilegios adquiridos gracias al cobijo de los que ya no están. Para nadie es desconocido que después de tantos años en el poder, abusaron de él, a grado tal que algunos hicieron lo que quisieron; otros no, fueron honestos en su actuar. Por los años que tuve el privilegio de laborar en el Poder Judicial conocí a todos los que hoy gozan de la jubilación y aquellos que no hace mucho hicieron lo mismo.

Lo cierto es que deben cambiar inercias al interior del Poder Judicial, no será fácil. Habrá nueva imagen. Deberán respetar derechos de trabajadores; a muchos ya se les pide la renuncia con liquidaciones al 100%. Sobre todo, deberán cuidar que no haya intervenciones ajenas a ese Poder; se vislumbran aviesas intenciones de aquellos que ya pretenden el control por medio de los nuevos magistrados. Existe equilibrio entre los “viejos” magistrados y los recién nombrados. Parabienes a la impartición de justicia queretana.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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