De manera discreta, sin hacer aspavientos ante la opinión pública, el Poder Judicial concedió a la Fiscalía General de la República una segunda orden de aprehensión en contra de Genaro García Luna, el todopoderoso secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón.

Así me lo revelaron fuentes oficiales. Agregaron que, con esta, ya son dos las órdenes de aprehensión que tiene García Luna, uno de los personajes contra quien el presidente López Obrador ha enfocado sus baterías, identificándolo como símbolo de la corrupción del calderonato y de la colusión de autoridades con criminales.

Esta nueva orden de aprehensión, de acuerdo con las mismas fuentes, tiene que ver con la acusación —ha sido pública en la conferencia mañanera de López Obrador— de que hubo una escandalosa corrupción en la operación de los penales federales, que estuvieron bajo la responsabilidad de García Luna mientras fue secretario de Seguridad Pública a nivel nacional, bajo el esquema de Proyectos de Prestación de Servicios, mejor conocidos como PPS.

En las conferencias de Palacio Nacional, el presidente AMLO ha hablado de estos contratos para la operación de los penales federales, y ha señalado por corrupción al exsecretario, salpicando también a los empresarios que se vieron beneficiados por esos contratos en el pasado.

Sin embargo, la Fiscalía General de la República fue cuidadosa al colocar en expedientes por separado a García Luna y a 32 empresarios vinculados con los penales.

La FGR empujó con más fuerza el expediente de Genaro García Luna y ya consiguió la segunda orden de aprehensión. El otro expediente, el de los empresarios, no recibe el mismo impulso. Según me revelaron las mismas fuentes oficiales, aparecen varios nombres muy conocidos en México, lo mismo relacionados con medios de comunicación que con desarrolladoras de viviendas, lo mismo dueños de empresas que han sido objeto de escándalo en sexenios pasados como quienes crecieron exponencialmente sus fortunas gracias al negocio de servir comida y ofrecer servicios en los penales.

SACIAMORBOS

Genaro García Luna está preso en Estados Unidos. Su proceso parece estancado e incluso hace un par de semanas renunció a su cargo el fiscal que llevaba el caso. Hay versiones no confirmadas de que podría existir un acuerdo entre los gobiernos de México y Estados Unidos para que el que fue hombre fuerte de Felipe Calderón sea mandado a México para ser juzgado aquí. Además de lo que tenga que ver con la impartición y procuración de justicia, una extradición así tendría una lectura política inequívoca: un bombón electoral para el presidente López Obrador. Está claro que al presidente de México le encantaría tener aquí a García Luna. A ver si se lo concede Biden.

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