Es de entenderse que, dado lo cerrada que está la pelea por entrar o permanecer en zona de clasificación, habrá movimientos constantemente. Nadie tiene asegurada la cima o aparecer en el Top 8.

Lo irregular genera todos esos cambios, ya que los equipos —por imponderables del futbol, que nunca faltan— sufren altibajos.

Algunos porque no tuvieron una pretemporada bien planeada y ejecutada, otros —como el caso de Gallos Blancos— por el cambio de dueño, altas y bajas de jugadores, lesiones, suspensiones, baja de juego etc.

En el caso de Gallos Blancos, que ha tenido un buen arranque con todo y estos contratiempos, después de lograr tres victorias consecutivas que le permitieron compartir el liderato con el León la jornada anterior, de tajo —con la derrota ante América— fue enviado al quinto lugar.

A Vucetich no le gustaron las formas, porque los americanistas le echaron colmillo en algunas jugadas, consumiendo segundos o minutos con el consentimiento del árbitro Óscar Macías, quien nunca compensó y eso desesperó tanto al técnico como a los jugadores.

El Rey Midas señaló que a su equipo sólo le faltó ser contundente, porque oportunidades tuvo, mientras que el rival fue letal y metió las que tuvo a modo.

De la tabla de cocientes no habló y es obvio. Su equipo está más preocupado por ir hacia arriba que ver hacia abajo. Hoy, Gallos se mantiene en el lugar 13 de esa clasificación, arriba de Puebla, Bravos, Chivas, Atlas y el sotanero Atlético de San Luis, que ya pronto vendrá al Corregidora.

En la del Clausura 2020, Gallos ahora es quinto lugar con nueve puntos, superando a Necaxa, que se quedó en ocho, Cruz Azul y Tigres, que reaccionaron y llegaron a siete. Eso, en lo que se refiere a los que aparecen en zona de clasificación, porque después aparecen los de seis puntos (Toluca, Chivas y San Luis).

Me llamó la atención lo dicho por el Piojo Herrera después del duelo ante Gallos. “Los hicimos sufrir”, dijo, un tanto emocionado, pero también ansioso o nervioso. Miguel reconoció que enfrentó a un enemigo que no es una pera en dulce.

Dio la impresión que, con haber sacado una victoria del Corregidora, le regresaba el alma al cuerpo. Recordemos que casi se pedía su cabeza después de perder en el Azteca ante Juárez, que lo exhibió y lo mandó a visitar a los coleros.

Pero vino una semana con la otra cara de la moneda. Ganó dos en fila: Puebla y Gallos, y ahora ya hasta le quieren besar los pies, pues su afición quiere un equipo ganador y ahora que subió hasta el tercer puesto, que comparte con los propios Bravos, le perdonan todo.

Eso de que “los hicimos sufrir”, yo creo que fue parejo. Ciertamente, América tuvo mayor porcentaje en cuanto a posesión de balón, pero Gallos supo defenderse, aunque en los dos goles de Ibargüen nada logró hacer su retaguardia y, cuando se decidió a atacar con Castillo (quien es un demonio de Tazmania), Lucumí y Nahuelpán, puso en predicamentos a los visitantes, quienes sufrían para contenerlos, pues América —en su zona baja— sigue quedando a deber y ahora hasta Memo Ochoa, que en los balones por alto es malo, lo mostró y eso se ha traducido en goles en contra.

Algo tiene que hacer el entrenador de porteros con Ochoa, porque incluso como titular de Selección Nacional, no es ninguna garantía en ese sentido.

Viene la fecha 6 y, como ya les mencioné, Gallos enfrenta al Necaxa, que ha sido su “coco” en los torneos cortos. Los pupilos de Vucetich no pueden darse el lujo de dos derrotas consecutivas, tampoco el Necaxa, por lo que se augura un duelo cerrado, donde los queretanos han demostrado que como visitantes no se rajan y que también saben ganar. Veremos qué sucede el domingo. Hasta la próxima.

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