Ya era un secreto a voces el arribo de Rodrigo Ares de Parga a la presidencia de Gallos, quien seguramente habrá de compartir toda su experiencia dentro del futbol mexicano en beneficio de la institución.

Claro, la encomienda es temporal, el equipo, recordemos, está en venta y en cuanto se resuelva esta situación volverán los cambios, a menos que los nuevos dueños dejen las cosas como están y posteriormente realicen los movimientos necesarios con  base en el  proyecto que tendrán en mente, lo que incluye y no se puede eludir, la permanencia del equipo en esta plaza, porque… no se sabe.

Antonio Núñez, gente de confianza de la familia Hank, Grupo Caliente, en sus poco más de dos meses al frente de Gallos cumplió con lo requerido, brindarle confianza al plantel, evitar la desbandada ante la incertidumbre tras el castigo de la Femexfut que sigue vigente, que se cumpliera con el torneo lo más decoroso posible y aunque no logró repesca, porque el equipo estaba con la moral por los suelos, por lo menos logró en la última jornada regular, evitar la multa de más de 30 millones de pesos para conservar la categoría, cosa que no consiguieron sus hermanos mayores los Xolos de Tijuana al terminar como penúltimo lugar y una multa de más de 40 mdp.

Pasado el asunto y como Cristante les renunció, inmediatamente buscaron nuevo técnico a bajo costo pero con la fe de que un exídolo de la fanaticada que anda haciendo sus pininos como técnico, incluso ya fue auxiliar de Diego Cocca, bicampeón con el Atlas, pero en su corta faceta en Xolos, les resulte el “tiro” y Mauro Gerk, el famoso Tanque, haga de Gallos un equipo de pelea, un equipo guerrero que con poco logre hacer mucho.

Hasta la próxima.

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