La demanda creciente de energía persiste, diversas organizaciones internacionales y grandes petrolíferas como BP, una de las mayores compañías del mundo dedicada principalmente al petróleo y al gas natural, calculan que hacia el año 2035 la demanda global de energía aumentará cerca de un 40%; según este consorcio, los combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo) satisfarán dos tercios de la nueva demanda de la energía en el mundo. Asimismo, con base en el Acuerdo de París (2015), la mayoría de los países se encuentran  adecuando sus políticas nacionales en función de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y están inmersos en una transición gradual hacia economías “verdes”, impulsando la eficiencia energética y la energía renovable.

Las fuentes fósiles se acabarán o su uso se erradicará gradualmente dando el lugar a fuentes de energía renovable, a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático que representan un grave riesgo ambiental y a la humanidad.

Las fuentes de energía renovable son bien conocidas, la eólica, la solar y el agua; existen otras fuentes naturales, menos conocidas, que pueden generar energía sin dañar el medio ambiente, como la basura que se convierte en energía cuando sus componentes quedan reducidos a líquido y biogás (compuesto en un 50% de gas metano), resulta factible transformarlos en energía (BBC Mundo Tecnología. 26 junio 2017).

John Goodenough, Premio Nobel de Química 2019, es el creador de las baterías de iones de litio y ha señalado que la humanidad requiere replantearse cómo produce y almacena ener gía, además ha advertido que las baterías de iones de litio también tienen sus inconvenientes.

La energía solar es una de las principales fuentes de energía limpia y renovable. El impacto que la producción de la misma tiene sobre el medioambiente es positivo, puesto que es de las que menos contaminan; sin embargo, la fabricación de paneles fotovoltaicos emplea materiales peligrosos. Los módulos fotovoltaicos deben reciclarse, para reducir aún más el impacto de la energía solar al medioambiente.

La energía eólica ayuda a reducir la huella de carbono y es una de las que tienen menor impacto negativo en el medio ambiente.

En nuestro país, los hidrocarburos representan el 82.9% de toda la producción nacional de energía y las fuentes renovables aportaron el 10.41%, lo que incluye la energía solar que representó el 0.37% y la eólica en 0.73% (Balance Nacional de Energía, SENER, 2018).

En Querétaro, desde hace varios años, se han emprendido estrategias, esfuerzos e inversiones en camino del desarrollo económico sustentable, lo que ha facilitado la instalación de fuentes de energía solar y eólica. Nuestra entidad se posiciona como el tercer estado con mayor desarrollo en energías limpias, aportando el 15% de la producción total estatal (Sirse Rosas, Producirá Querétaro más energías limpias, junio de 2019).

Como puede verse, Querétaro se ha orientado bien en el desarrollo sostenible, esperemos que se pueda continuar su avance en la producción de energía limpia y en el buen manejo de los residuos.

Ex Rector de la UAQ  
jalfredozg@yahoo.com.mx  
zepeda@uaq.mx

Google News