El fin de año ha llegado y pronto dará inicio el 2023. Es la época ideal para agradecer por lo que tenemos, felicitar a nuestros seres queridos y formular los tradicionales propósitos que nos planteamos para los próximos 365 días.

Muchos comeremos las 12 uvas durante las últimas campanadas del año, esperando que todos nuestros sueños se hagan realidad, que el 2023 sea mejor, que no tengamos preocupaciones ni problemas de salud, que sea un año más próspero y alegre, y que se llene de amor y de ilusión.

Sin embargo, por más divertida y pintoresca que sea la tradición, conseguir lo que queremos en la vida no obedece a algún ritual mágico o a la suerte. Ni comer uvas, ni barrer hacia fuera de la casa, dar la vuelta a la manzana cargando maletas, o ponerse la ropa interior de cierto color nos va a resolver los problemas o a proveer de bienestar.

El mejor ritual de Año Nuevo es reflexionar sobre cómo hemos actuado en el pasado y lo que necesitamos hacer para comenzar un nuevo ciclo productivamente; así como reunir la determinación para trabajar en nosotros mismos durante los próximos 365 días. Porque casualmente, de las cosas de las que más nos quejamos o que más deseamos, son las mismas cosas que más descuidamos; como nuestra salud, nuestras relaciones, el crecimiento económico o desechar malos hábitos, todo esto suele estar al final de nuestra lista de prioridades.

Por eso el mejor deseo que podemos tener para que las personas que queremos tengan un año increíble, es que le echen coraje a la vida, que tengan el valor, la disciplina y la constancia para descubrir cuales son su sueños, sus pasiones y sus necesidades. Y que se atrevan a luchar para conseguirlos.

Que todos tengamos el valor para aprender algo nuevo, para rectificar nuestros errores y para cambiar lo que no nos gusta de nuestra vida. Porque si el año siguiente nos presenta desafíos, quiere decir que aún tenemos sueños que cumplir y metas por alcanzar, y ese es el máximo motor en la vida. Significa que tenemos un futuro por el cual luchar y para el cual ser mejores.

Comencemos el año dando un paso a la vez en la dirección correcta para generar un cambio positivo en nuestras vidas, siendo realistas, con objetivos claros y con metas establecidas; porque para alcanzar esos propósitos de Año Nuevo no basta con solo desearlos. La vida está hecha de tiempo, y todos tenemos un límite para estar en esta tierra, ocupémonos en aprovechar ese tiempo en cosas positivas y en vivir al máximo, que nunca nos falten sueños por los que luchar y proyectos para alcanzar el éxito.

Le envío a todos los lectores mis mejores deseos para que el año que llega lo aprovechemos al máximo, como una nueva oportunidad para construir una vida llena de paz, de salud, de armonía, de amor y de prosperidad. Que este no sea un fin de año, sino más bien el principio de la versión más hermosa de nuestra vida.

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