La inseguridad sigue siendo uno de los más grandes problemas que vivimos en el país. Los números son alarmantes y los hechos nos hacen sentir sumamente vulnerables.

En este escenario, son las mujeres y las niñas quienes sufren más. El lunes fue la pequeña Fátima, pero antes fue Ingrid, pero también fueron María, Lupita la Calcetitas Rojas, Mónica, Mariana Joselín, Raquel, Rebeca, Brenda… los nombres parecen interminables y la tristeza también.

El 2019 quedó registrado como uno de los años más violentos para las mujeres en México, pues, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en trece meses de este gobierno morenista se han registrado 1,106  delitos de feminicidio.

Las cifras amenazan con superarse este año, pues sólo en los 50 días que van de 2020, han ocurrido 266 feminicidios que pudieron ser nuestras amigas, nuestras hermanas, nuestras sobrinas, nuestras hijas.

Pese a los hechos, pese a los números, pese a los pesares, el Ejecutivo se ha limitado a continuar con una estrategia de seguridad fallida y ha mostrado una gran insensibilidad respecto a este tema en la mayoría de las declaraciones de sus Mañaneras, desviando el tema hacia la nada.

Frente a esta realidad, muchos nos hemos indignado, no sólo hoy sino desde hace muchos años, y hemos protestado contra la violencia, contra la inseguridad, contra la muerte cotidiana. Pero el problema, en lugar de solucionarse, ha ido creciendo de manera preocupante.

Las mujeres están más desprotegidas que nunca, más expuestas que nunca y más vulnerables que nunca.

El gobierno federal tendría que entender que los programas sociales rinden frutos a largo plazo, pero que una emergencia es eso: ¡una emergencia! Justo lo que en este momento estamos viviendo. Y a los mexicanos nos gustaría escuchar un mensaje de empatía consciente. No es un complot de los que llaman “conservadores”, es un grito de auxilio de un pueblo muy lastimado.

Qué triste que el gobierno de Morena sólo alcance a ver ataques, en  donde hay un legítimo reclamo. Es tiempo de buscar un camino de soluciones, de mostrar comprensión por este problema, de buscar empatía con las mujeres, de dibujar un horizonte con más certidumbre.

Por ello, en el Senado, desde la bancada de Acción Nacional, proponemos como iniciativa una red de denuncia y protección temprana y elevar a nivel nacional el modelo de red de Ministerios

Públicos para mujeres. Es decir, exigir, por ley, la obligación de denuncia por parte de cualquier involucrado que detecte cualquier tipo de violencia contra una mujer. 
Sabemos que, en muchísimos de los casos, la principal causa por la que las mujeres no denuncian, es por miedo. Con esta ley, ellas contarán con más aliados para protegerlas y menos cómplices del silencio que tanto las lastima.

También buscamos mayores penas para la violencia de género, a través de la promoción de la Ley General de Prevención, Atención y Sanción al Feminicidio y el incremento de las penas en los casos de reincidencia por violencia de género.

Necesitamos contar con penas más severas, como lo hicieron en la Cámara de Diputados de subir éstas a 65 años. Necesitamos asegurar que quienes violenten a una mujer paguen por su delito. Y necesitamos garantizar que los transgresores no regresen a las calles.

Desde nuestra trinchera seguiremos alzando la voz, hasta lograr que las mujeres tengan más protección, que se sientan seguras, que puedan caminar por las calles sin sentir peligro. No vamos a dejarlas solas. ¡Estamos juntos en esto!

Senador del PAN

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