En México había hasta el año pasado 35.2 millones de mamás. El 47 por ciento de esas madres están casadas, 22 por ciento viven en unión libre y 10 por ciento son viudas. Muchas de ellas trabajan dentro y fuera de casa.

Cada vez son más las mujeres jefas de familia, que solas se encargan tanto de las tareas domésticas como de proveer económicamente. En 2015 eran poco más de nueve millones. Eso quiere decir que más de una cuarta parte de la población de este país vive en hogares con jefatura femenina. La participación económica más alta se da entre las madres solteras (71.8%), divorciadas (71.7%) y separadas (68.3%).

Lo tremendo es que la crisis económica generada por el Covid ha afectado sobre todo a las mujeres. Según el Inegi, dos de cada tres personas que dejaron de trabajar en 2020 y no regresaron fueron mujeres. Y es que no solamente hay menos empleos debido al cierre de muchas empresas, hay también la necesidad de cuidar a los hijos sin clases, a los adultos mayores y a los enfermos.

¿Cómo hacen las jefas de familia para seguir siendo proveedoras? En la Ciudad de México el 40 por ciento de los hogares salen adelante gracias al trabajo de una mujer. Sin clases y sin estancias infantiles, ¿qué pasa con los hijos de esas mujeres mientras trabajan fuera de casa?

Están también las malas condiciones laborales a las que se enfrentan. El 35 por ciento de la población femenina con hijos trabajaba hasta antes de la pandemia en el sector informal. Ese porcentaje ha aumentado, y con él la vulnerabilidad social de miles de familias.

El problema no es solamente económico. Muchas madres han sido víctimas de la violencia que aumentó con la pandemia. El confinamiento reforzó el aislamiento de aquellas con parejas violentas. A algunas, las puso en grave peligro.

Incluso el gobierno, que ha sido tan poco empático con el movimiento feminista, reconoció a través de la Secretaría de Gobernación, que la pandemia “evidenció las profundas desigualdades sociales, y en especial de género, donde resalta el caso de la violencia contra las mujeres.” Según cifras oficiales, al inicio del confinamiento hubo un aumento de 53% en las llamadas al 911 por incidentes de violencia intrafamiliar.

ONU Mujeres alertó ya sobre el crecimiento de este fenómeno en México, donde diariamente se reportan en promedio 611 incidentes de violencia familiar, 160 denuncias de víctimas de lesiones dolosas, 46 presuntos casos de violación y 10 asesinatos de mujeres.

De acuerdo al Informe sobre Violencia Feminicida en México 2020 del Inmujeres, la Conavim y ONU Mujeres, el panorama empeora “por la falta de integración de la perspectiva de género en la prevención, atención, seguimiento y aplicación de justicia”. La impunidad otra vez en el centro del problema.

Felicitar a las madres en esa circunstancia es complejo. La mujer que trabaja doble jornada, que se cansa cuidando a todos en casa y se cansa aún más cuando angustiada no puede hacerlo porque sale a buscar el sustento, no quiere solo una felicitación; quiere políticas públicas que le permitan acceder a seguridad social, espacios de cuidado para sus hijos, atención médica para ella y su familia; esa mujer quiere descansar a veces y aspira a salir a la calle sin miedo. Agradece, sí, las flores y las canciones, pero las quiere para celebrar una vida en la que para ella haya realmente consideración, oportunidades y respeto.

@PaolaRojas

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