Desde hace casi cinco torneos de liga, es muy doloroso y frustrante –una vez más- describir y escribir, lo que vemos y vivimos cada fin de semana. Un equipo y una directiva, al que le queda muy grande, este estadio y esta afición.

Una primera mitad, que como ya es “clásico”, el equipo queretano fue superado por el visitante; independientemente, de alinear de inicio, a muchos jugadores que a esta hora, siguen sin saber la importancia y rivalidad de estos partidos. Después, una parte complementaria, en donde la reacción de 20 o 25 minutos -para variar- no alcanzo; otra vez vino el error, el segundo gol y una derrota más en casa.

De la tribuna, de la afición, ni que hablar; esa a la que hoy se le pide de manera sínica apoyar los 90 minutos, mi respeto y admiración, desde siempre y para siempre.

Pena ajena

Dos palabras que de por sí solas dicen mucho, dos palabras que de igual manera, se quedan muy pequeñas con el “espectáculo” que dio Benítez al final del partido. Al margen del muy pobre rendimiento futbolístico que ha dado desde su llegada, esta falta de respeto a la afición, plantel e institución que representa –al margen de disculpas- es imperdonable; esto va más allá de una simple calentura futbolera. Afortunadamente, fue tan rápido el patético incidente, que no dio tiempo a mentadas de madre, insultos o abucheos; al menos por esta vez, se salvó la afición de ser calificada como la “culpable”.

Para rematar, Trejo, quien era el objetivo del jugador paraguayo, publico en redes sociales: “ojala y los que hoy revientan, sean los primeros en reconocer cuando salgamos de esto, porque vamos a salir”. Es evidente, que últimamente las redes sociales, no son las mejores aliadas de algunos jugadores y directivos; es muy claro que este mediocre desempeño, lo quieren poner equivocadamente en la cancha del aficionado.

Callen bocas, pero no con respuestas en redes sociales, háganlo en la cancha.

El hilo se rompe...

Siempre el hilo más delgado ante los malos resultados en un equipo de futbol, es el director técnico; hoy es evidente, que el principal culpable ante la afición, tiene Jaime y apellido. De Lozano se critica una supuesta falta de experiencia y de carácter, pero no olvidemos que esta historia, fue idéntica con el experimentado Vucetich; es indudable entonces, que los principales culpables, no están en el cuerpo técnico.

La Frase

“El futbol, fuente de emociones populares, genera fama y poder. Los clubes que tienen cierta autonomía, y que no dependen directamente de otras empresas, están habitualmente dirigidos por opacos hombres de negocios y políticos de segunda que utilizan el futbol como una catapulta de prestigio para lanzarse al primer plano de la popularidad”

Eduardo Galeano.

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