Desde hace más de un año todo indicaba que estaba en preparación un conflicto global militar, llamado tercera guerra mundial. Una guerra provocada por EU con la complicidad activa de la Unión Europea. Su objetivo principal es Rusia e indirectamente China. Los pretextos van de Ucrania a Siria, pasando por el Estado Islámico (EI) y por el terrorismo. En diciembre de 2014 el Congreso de EU aprobó la Resolución 758, que autoriza al presidente a adoptar medidas más agresivas contra Rusia, a proveer de armas y otras ayudas al gobierno de Ucrania y a fortalecer la presencia militar de EU en los países vecinos de Rusia. La escala de provocación ha tenido varios componentes que, en conjunto, constituyen una segunda guerra fría. Los componentes de la provocación occidental son varios: sanciones para debilitar a Rusia, instalación de un gobierno satélite en Kiev, la radicalización del conflicto sirio y una extensa guerra de propaganda.

El lunes 9 de noviembre (cuatro días antes de los atentados en París), el analista Patrick Martin advirtió que la inteligencia militar de EU está involucrada en preparativos para una tercera guerra mundial. Según él, el Pentágono estima que un conflicto militar con China, Rusia o ambos países es inevitable y que esta perspectiva se ha convertido en la fuerza motriz de la planificación táctica y estratégica norteamericana. Y Siria es el inicio de este escenario. En las tres sesiones del martes 3 de noviembre en el Congreso de EU, demuestran que el servicio de inteligencia militar estadounidense está abordando los preparativos para un conflicto mundial. En la agenda del Congreso se publicaron los temas abordados por sus comités; el de Servicios Armados del Senado sostuvo una sesión sobre guerra cibernética. Un subcomité del Comité de Servicios Armados de la Cámara discutió el tamaño actual y el despliegue de la flota de portaaviones norteamericanos, mientras que otro subcomité discutió la modernización de las armas nucleares. Estas sesiones fueron ejemplos de lo que podríamos calificar como un proceso en curso para convertir la preparación de la tercera guerra mundial en algo rutinario.

La guerra global contra el terrorismo se revela como una excusa para realizar la guerra contra otros Estados. Las recientes declaraciones, claras y directas de Ashton Carter, secretario de Defensa de EU, dejan poco para las interpretaciones: “Rusia y China están desafiando al orden mundial”. “Aunque el Ejército de Estados Unidos ‘no busca’ una nueva guerra fría, está decidido a oponerse a potencias emergentes globales como Rusia y China con el fin de proteger el orden internacional dominado por EU”. El funcionario militar volvió a poner en el mismo saco al Estado Islámico, a Rusia y China a la hora de enumerar los desafíos para EU, al señalar: “Elementos terroristas como el Estado Islámico, por supuesto, están totalmente opuestos a nuestros valores”. “Parece que algunos actores están decididos a eliminar estos principios y socavar el orden internacional que ayuda a cumplirlos. Por supuesto, ni Rusia ni China pueden revocar ese orden. Sin embargo, ambos lo desafían”.

Con ello entendemos las sanciones como la reducción del precio del petróleo, que afecta de modo decisivo a las exportaciones de petróleo de Rusia, una de las más importantes fuentes de financiación del país. Esta reducción conlleva el beneficio adicional de crear dificultades a otros países considerados hostiles (Venezuela e Irán). Y esto, obvio daña a otros países como México, pero para ellos son daños colaterales. Otro componente es el control del gobierno de Ucrania, de manera que el país se transforme en un Estado satélite. Y otro más es el galimatías del conflicto sirio, ahora acelerado con los atentados en París, que mete de lleno a la UE en el conflicto. El tercer componente es la guerra de propaganda.

Los grandes medios y sus periodistas están siendo presionados para difundir todo lo que legitima la provocación occidental y ocultar todo lo que la cuestiona. Los mismos periodistas que colmaran las páginas de sus periódicos con la mentira de las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, están ahora repitiendo la agresión de Rusia a Ucrania, su protección al régimen sirio, etc... ¿Y por qué no le dan relevancia a las declaraciones de Henry Kissinger, quien afirma que es una temeridad estar provocando a Rusia? Si los periodistas hubiesen resistido a la guerra de propaganda, tal vez se hubiese evitado la guerra de Iraq en la que han muerto hasta el fin de la semana pasada mil 455 590 iraquís y 4 mil 801 soldados norteamericanos. ¿Cuántos más deben morir en la guerra que está en ciernes?

Consejero electoral del INE. fernandocorzantes@yahoo.com.mx

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