El domingo 20 de diciembre se celebraron elecciones a Cortes Generales en España. La integración del nuevo gobierno es incierta tras las elecciones de este domingo: es el Congreso más fragmentado de la historia de la democracia española. Los nuevos partidos nacionales, Ciudadanos y Podemos, han conseguido escaños por primera vez, contra los dos partidos que se han repartido el poder en los últimos años.

El resultado de las elecciones llevó a una enorme división del Congreso de los Diputados: esto complicará la formación de gobierno; se abre, sin solución de continuidad, la búsqueda de pactos y alianzas.

Esta caída del bipartidismo nos lleva a un Congreso más fragmentado que nunca y obligará a los partidos a buscar todo tipo de acuerdos durante la legislatura. El primero será elegir un presidente.

El procedimiento para designar al presidente del gobierno está consignado en el Artículo 99 de la Constitución de 1978. La norma establece básicamente que el candidato propuesto por el rey será investido presidente si obtiene la “confianza” de la mayoría absoluta de los diputados en primera votación o la mayoría simple en segunda convocatoria, 48 horas después. En caso de no lograr esa mayoría, el rey podrá proponer a otros candidatos. Si pasados dos meses de la primera votación no se consiguiera la investidura, las Cortes quedarían disueltas y se convocarían nuevas elecciones generales.

La solución parece ser una coalición o alianza, que el PSOE apoyara al gobierno de Mariano Rajoy. Por otro lado, Pedro Sánchez tiene la intención de buscar apoyos para ser el nuevo presidente del gobierno.

Para que esta opción prospere, Sánchez deberá negociar con Podemos que logró 69 escaños, lo que ubica a este partido como una fuerza importante de izquierda.

Rajoy sólo podrá gobernar si el PSOE vota a favor, o si PSOE y Ciudadanos se abstienen.

En este contexto de una gran fragmentación de los votos, nos preguntamos si puede ocurrir en México en 2018. Dadas las circunstancias políticas y el aumento de partidos políticos, estamos ante un escenario en el que puede pasar lo mismo.

Los partidos políticos tendrán que cambiar de estrategias para convencer a los electores con sus propuestas de gobierno, pero también tendrán que celebrar acuerdos de colaboración sobre una amplia variedad de cuestiones, entre ellos la formación conjunta del gobierno tras los comicios, la oferta de apoyo externo a un gobierno existente, y la unión de fuerzas para modificar elementos del sistema político o para determinar políticas concretas. En este marco, es interesante analizar las características de las alianzas políticas en relación con un proceso electoral. Esas alianzas pueden adoptar formas y grados muy diferentes, pero nunca perder el objetivo, que es lograr que haya gobierno y se garantice el bienestar de la sociedad.

Ex presidente municipal de Querétaro y ex legislador federal y local. @Chucho_RH

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