Eso dijo Joe Biden luego de finalmente resultar ganador en una inédita e histórica elección. “Seré el presidente de todos los estadounidenses, independientemente de que hayan votado por mí o no”. “Es hora de mirarnos, escucharnos de nuevo y dejar de ver a nuestros oponentes como rivales, no lo son. Son estadounidenses.” “No voy a ser el presidente que divida, si no el que una”

Hay varios aspectos que vale la pena destacar, luego de este encuentro con las urnas. Uno de ellos es que las minorías (mujeres, afroamericanos y millennials) se convirtieron -sumados- en mayoría y lograron una votación histórica que le dio la ventaja de 4 millones de votos a Biden.

Merece atención también Kamala Harris, hija de inmigrantes (su padre es de Jamaica y su madre de India), quien será la primera mujer en llegar a la vicepresidencia de los Estados Unidos. Kamala no perdió la oportunidad de hablarle a las mujeres y a las niñas. Las invitó a no parar, “porque si no paras, llegas”. Ella es ya un ejemplo y una inspiración.

Lo que también trasciende, es lo que sucedió con la prensa y las redes sociales. Las principales cadenas de televisión americanas interrumpieron el discurso oficial del aún presidente por acusar sin fundamentos que había existido un fraude electoral. Las mismas redes sociales, principalmente twitter, (la red con la que Trump ha llegado a publicar hasta 200 mensajes en un día) alertaban a los usuarios de la falta de veracidad en las acusaciones del republicano. Y es que conforme los números se movían a favor de Biden, Trump apostaba a más agitación. Ya desde hace días dejaba ver que, si los resultados no los favorecían, daría una batalla legal y llevaría el tema a los tribunales.

Lo sucedido arroja preguntas clave: ¿Cuál debe ser el papel de los medios de comunicación? ¿Quién realmente tiene el poder? ¿Qué pasaría si en México o en cualquier país de Latinoamérica, la prensa bloqueara el discurso del presidente porque en él se incluyen mentiras? ¿Se entendería como una decisión en pro de la verdad y la democracia? ¿Se consideraría un atropello que podría llevar al retiro de concesiones y la desaparición de esos medios?

En un país con un sistema electoral tan complejo y enredado como el estadounidense, fueron de alguna manera los grandes medios de comunicación los que certificaron la victoria la mañana del 7 de noviembre. Luego de que eso ocurrió, las calles de las grandes ciudades explotaron en alegría: bocinas y gritos de júbilo para celebrar este cambio considerado por muchos como urgente. La mejor noticia del 2020, clamaban algunos.

Pero, ¿qué pasará con esos millones de estadounidenses que votaron por Trump? Es difícil prever los efectos del discurso incendiario del presidente en una sociedad tan polarizada. Lo deseable, sin duda, sería que atendieran al llamado a la unidad que hizo Joe Biden. Ya muchos costos y sufrimiento ha traído la pandemia, como para seguir apostando a la violencia, la fragmentación y la desconfianza. Es hora de cerrar heridas.

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