“Si la inspiración no viene e a mí, salgo a su encuentro a mitad del camino”. Sigmund Freud. Médico austriaco, padre del psicoanálisis.

De nueva cuenta el destino hizo que usted que sigue esta columna, leyese hoy la segunda parte de esta entrevista y así abonar a su capital social, humanista e intelectual. Por ello, sin más preámbulo le dejo disfrutarla, sabiendo que como bien indicaba Sigmund Freud, —uno de los personajes del ámbito médico que me parecen destacados— hagamos realidad y palpable el salir al mundo de la inspiración y desde allí, abonar a la transformación del mundo. Gracias.

Ángeles Ochoa: ¿De qué forma definiría usted el tercer sector y cómo podría explicárselo a mis lectores?

—Calixto Corzo: Es aquel que está integrado por las organizaciones de la sociedad civil, aquellos grupos de ciudadanos que sin fines de lucro buscan el bienestar común, pero principalmente, el desarrollo de estrategias, programas y acciones enfocadas a atender a la población más vulnerada de nuestro país.

Tengo sabido que las Instituciones de Asistencia Privada (IAP’s) que forman parte de la Junta de Asistencia Privada (JAP) en Querétaro, atienden aproximadamente a 100 mil personas. ¿Qué tipo de causas protegen las mismas?

—C.C: Actualmente Querétaro tiene 144 IAP’s, de ellas, tres se han constituido durante mi administración. Se dividen en ocho ámbitos, 21 se dedican a problemas de las adicciones; 19 de albergue; 35 de desarrollo comunitario; 2 de ecología; 12 de educación; 26 de salud; 8 de la tercera edad y 21 de discapacidad.

¿Cuáles son las mejores vivencias o testimonios que ha experimentado trabajando en favor del bienestar común?

—C.C: Mi servicio social en la JAP del Estado de Querétaro apoyando a diferentes causas y viviendo de cerca experiencias con los fundadores y líderes sociales. Cuando convives directamente con los beneficiados: con personas que tienen adicciones, niños en situación de abandono, mujeres enfermas de cáncer y conocer sus historias. Es hermoso trabajar con líderes sociales que se esfuerzan diariamente en brindar un servicio de calidad, pero sobre todo, con mucha calidez.

¿Con qué frase o proverbio propio usted definiría su desempeño en tan humana, importante y trascendente actividad?

—C.C: “Yo dormía y soñé que la vida era alegría. Me desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era alegría”.

¿Qué personaje de la historia ha marcado un hito en cuanto a su alto grado de calidad humana, solidaridad y compromiso social, admira o reconoce?

—C.C: Doña Josefa Vergara y Hernández, sin duda. Una queretana que dejó su legado de amor para la atención a diferentes grupos vulnerables, principalmente niñas y niños que hasta  la fecha siguen siendo beneficiados gracias a esta noble benefactora.

Agradezco como siempre, de todo corazón que se hayan tomado una parte de su valioso tiempo para seguir esta entrevista. Espero les deje dibujada una sonrisa en el rostro, mente y alma. Yo los espero el próximo sábado pues seguirán plasmándose en la inmortalidad del periódico, más historias de éxito de benefactores queretanos, mexicanos y del mundo.

Los despido cordialmente con mi frase de cada semana: “¡hasta siempre, me voy a ser feliz, haga usted lo propio!”.

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