Esta semana hay dos temas que vale la pena poner en la mesa, uno nacional y otro local. Comenzaré por el que le duele e indigna a los mexicanos: la mala calidad que tienen los insumos médicos que el gobierno federal envió a los estados de la República Mexicana para enfrentar al Covid-19, una enfermedad que ya  padecen más de 2 millones de personas en el mundo.

Este miércoles, todos fuimos testigos en las redes sociales de las imágenes de batas quirúrgicas hechas de tela casi transparente, tan frágiles como papel, y de cubrebocas sin certificación que el Insabi le hizo llegar a los estados sin ninguna especificación.

Ante esta burla, los gobiernos de Acción Nacional denunciaron la penosa calidad de los insumos médicos y aseguraron que regresarían los materiales, pues usarlos sería una negligencia por parte de los médicos y autoridades sanitarias.

Fue hasta ese momento que en conferencia vespertina del mismo miércoles, el subsecretario federal de Salud, aseguró que se trataba de un “problema de comunicación” en el que no se especificó que los materiales no eran para el uso del personal médico ni para pacientes sino para las personas de vigilancia que tomaban la temperatura a la entrada de los hospitales.

¿Es acaso una broma? ¿Está acaso el Gobierno Federal jugando con la vida de los mexicanos y poniendo en riesgo la vida del personal médico?

Es lamentable, preocupante e inaceptable la cantidad y calidad de los insumos médicos que está enviando el gobierno federal a las entidades para atender el coronavirus; además de que son insuficientes.

Esta situación no nos sorprende, pero preocupa que las autoridades federales no tengan la seriedad y sensibilidad para atender estos temas.

La demanda de los gobiernos panistas no se detuvo ahí y con justa razón. También el miércoles la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador pidiéndole que pusiera en marcha un Programa de Emergencia Económica, basado en siete puntos: estímulos fiscales, financiamiento a pymes, un ingreso básico solidario, incremento extraordinario de presupuesto a los estados, rapidez en el pago a proveedores del gobierno, adelantar la entrada en vigor de las reglas de producción automotriz establecidas en el T-MEC hasta el 2021 y apoyar al sector turístico.

Esperemos que López no haga oídos sordos una vez más de los llamados que hacen los gobiernos estatales de la oposición porque estaría llevando al país directo al “despeñadero” que siempre criticó.

Ante esta tormenta, el gobernador Francisco Domínguez Servién, recuperado del Covid-19 anunció una segunda fase de su programa económico en el que plantea un respiro a las micro, pequeñas y medianas empresas del Eestado.

En este plan otorgó la deducción general del Impuesto Sobre Nómina de abril a junio, con lo que beneficiará a 12 mil empresarios; además durante los meses de abril, mayo y junio no se realizarán pagos relacionados al Impuesto al Hospedaje. Tampoco se realizarán pagos relativos a los permisos y licencias para la venta de bebidas alcohólicas en el estado.

Adicionalmente, el gobernador ha instruido a que se amplíen hasta el 30 de junio los plazos de los programas de Apoyo a la Tenencia y de Verificación Vehicular e instruyó a la Comisión Estatal de Aguas a extender la medida sanitaria de apoyo a las familias queretanas que implementamos durante el mes de abril. Con lo que también se otorgarán 5 mil litros gratuitos de agua potable por contrato, durante el mes de mayo.

El coronavirus no es una broma, ni los gobiernos ni la sociedad debemos bajar la guardia. Unidos detenemos el virus, unidos somos más fuertes, más creativos y unidos vamos a salir adelante con o sin el apoyo de gobierno federal.

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