Julio Beleki, terminará el 2019, cumpliendo su primer cuatrimestre al frente de la Asociación Mexicana de Franquicias. Aseguró que lo uso para “observar mucho” al sector. En el año, un sector alicaído por acciones en pro y en defensa, que no se tomaron a tiempo, o que más bien, nunca interesó tomarlas a los distintos protagonistas de esta industria. Pero el efecto desfavorable es tal que para el 2020 pienso, nadie en el mejor optimismo, se atrevería a fijar un porcentaje de crecimiento si es que se tiene.

Congelaron toda expectativa, la ejecución de nuevas políticas públicas en economía con el gobierno de López Obrador, que no toman a la franquicia como modelo de empresa social y responsable, y hasta hoy, cero esgrima y cabildeo para revertirlo; críticos ácidos que cuestionan el modelo de la franquicia frente a otras oportunidades de negocios; franquicias “patito” que pululan y adormilan los sueños de emprendedores, pensionados y desempleados; canibalización del sector y su nula representatividad como gremio empresarial en la toma de acuerdos y decisiones de la cúpula privada de México. Se conformó con una subdivisión dentro de las estructuras de Concanaco y Canacos en el país.

¿Qué valía entonces a los números que son el guion de todo discurso institucional en la industria de la franquicia? Un sector que cada año, crece a cifras de dos dígitos y cuatro veces más que toda la economía nacional, que aporta casi el millón de empleos, que levanta más de 90 mil puntos de venta en el país en todos los giros comerciales y de servicios que le vengan a la mente; ¿Qué pasa entonces?.
Beleki, dice que llegó la hora de sumar, de las alianzas, de ejecutar aquella máxima de otrora presidencia en la AMF, que decía: “juntos somos más fuertes”. ¡Pero ahí el meollo!

Quién suma, si a este momento, Guadalajara y su circunstancia, Puebla con la suya, Monterrey ni se diga y aparecen en el escenario regiones que aseguran prometer más con un escenario ideal para la franquicia, la Península yucateca y el Bajío.

Ya no habrá tiempo para observar mucho. A partir del 2020, Julio Beleki deberá ser recordado como el presidente de la Asociación Mexicana de Franquicias que fue al encuentro de cualquier iniciativa en pro de la industria, venga de donde venga; desde aperturas de nuevas unidades, lanzamientos de modelos probados en su autenticidad, hasta congresos o eventos formales en su espíritu.

Con todo y el logro personal y familiar en sus empresas, deberá priorizar el sector, eso prometió a su arribo, así lo hicieron presidentes ejemplares, otros, optaron por el centralismo que hoy, tiene a un sector somnoliento, por decir lo menos.

Estuve tres semanas con productores y artesanas, en la sierra y costa chica de Guerrero y en la sierra de Veracruz, el gobierno va en tres sentidos con los emprendedores: capacitación administrativa y financiera, formalidad y economía responsable, ¿le suena algo cuando hablamos de franquicias? ¿qué no a todo negocio conviene esto? Pues aquí la otra ocupación para Beleki, comunicar no por guion, ni por reflector; comunicar al nuevo círculo económico de este país y sus habitantes, los méritos de la franquicia en el otorgamiento de este primer empleo a un joven, en esa vocación social de consultas a bajo precio y becas educativas, que hoy,  ofrecen farmacias y escuelas que son franquicias, por dar algunos ejemplos.

Preguntemos a Ferenz Feher, de los consultores que dio su valía a la franquicia social, si es posible la generación de nuevos modelos en este sentido y verá que nos sorprenderemos.

Si el cambio de imagen con la oportunidad que da una nueva gestión, es solo para repetir lo que ya sabemos, ante micrófonos cómodos, que por cierto, las nuevas generaciones de emprendedores ya ni consultan en su toma de decisión para un nuevo negocio, habrá faltado visión.

En Carmen Acereto y Ramón Egaña, sus pilares en la AMF, Julio Beleki, tiene inmejorable oportunidad de correr quizás riesgos, pero así se ganan las batallas.

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